Jóvenes con alas y con raíces - Alfa y Omega

Jóvenes con alas y con raíces

La escena era totalmente inédita: en el Vaticano, conectado a Internet, el Papa Francisco. En Australia, África del Sur, Israel, Salvador y Turquía, pequeños grupos de muchachos de diferentes escuelas. Todos unidos por un sistema de videoconferencia

Jesús Colina. Roma
El Papa Francisco durante su encuentro, el jueves 4 de septiembre, con miembros de la organización Scholas.

Los muchachos plantearon sus preguntas al Papa en inglés o español. El Papa les respondió en español, de manera espontánea, dejando que fuera su corazón quien expresara su mensaje más sentido. Ni qué decir tiene que se trataba de un evento histórico: un Papa en hangout (un sistema gratuito de videoconferencia) y en directo sobre YouTube.

Sucedió el 4 de septiembre pasado. La medio improvisada videoconferencia se convirtió en el pistoletazo de salida del proyecto más personal de este Papa y de su pontificado: Scholas. Se trata de una red educativa, impulsada por el Papa Francisco, cuyos directores son José María del Corral y Enrique Palmeyro. Ambos crearon en Buenos Aires una escuela de vecinos, que revolucionó un barrio del que era arzobispo el cardenal Jorge Bergoglio, gracias a su capacidad de integración entre las diferentes comunidades, superando diferencias de clase social, religión o ideología.

Ahora, aquella iniciativa mundial que el Pontífice lanzó en agosto del año pasado, en un evento en el que participaron la estrella del fútbol argentino, Lionel Messi, y el capitán de la selección italiana, Gianluigi Buffon, entra en su plena operatividad gracias a Internet. La idea había nacido en una de esas famosas llamadas por teléfono del obispo de Roma. La recibió José María del Corral. Al responder, escuchó la voz de su amigo Bergoglio, quien decía: «Por fin atendés. Hablar con vos es más difícil que hablar con el Papa».

Niños salvadoreños siguen en su escuela la videoconferencia del Papa, el pasado día 4.

La juventud necesita comunicarse

«La idea que sugirió Francisco es unir escuelas, fútbol y solidaridad. Llegar a todas partes de la mano del deporte y promover que las escuelas compartan sus proyectos para mejorar la educación. Siempre dando prioridad a los más pobres, porque un objetivo fundamental es la inclusión», ha explicado a Alfa y Omega Palmeyro.

El mismo Pontífice lo explicó a los muchachos que le escuchaban y le veían en las pantallas del ordenador de sus escuelas: «Así surgió Scholas, formando una escuela de vecinos, en la diócesis de Buenos Aires. Además de las escuelas, una red de escuelas de vecinos, para tender puentes entre las escuelas de Buenos Aires. Y tendió muchos puentes, muchos puentes, hasta puentes transoceánicos. Empezó como una cosa chiquita, como una ilusión, como algo que no sabíamos si se iba a lograr, y hoy podemos comunicarnos».

«¿Por qué?», se preguntó el Papa. «Porque estamos convencidos de que la juventud necesita comunicarse, necesita mostrar sus valores y compartir sus valores».

El Pontífice explicó que los tres pilares de Scholas son «educación, deporte y cultura». Se trata de su contribución personal para «que los Estados puedan preparar salidas laborales para estos chicos que son acompañados por la educación, el deporte y la cultura. Y el deporte es importante porque enseña a jugar en equipo. El deporte salva del egoísmo, ayuda a no ser egoísta. Por eso es importante trabajar en equipo y estudiar en equipo y andar el camino de la vida en equipo».

Las glorias del fútbol juegan para el Papa

Si quieres lanzar una red educativa a nivel mundial que pueda interpelar a los jóvenes, ¿qué haces? ¿Organizas un congreso en la ONU o la UNESCO? El Papa Francisco, que de trabajo educativo tiene varios años sobre los hombros, eligió un estadio de fútbol e invitó a las glorias del fútbol a jugar un partido.

El amistoso congregó a nuevas y viejas glorias del balompié, Diego Armando Maradona, Javier Zanetti, Andry Shevchenko o Andrea Pirlo. Los entrenadores fueron Tata Martino, el nuevo seleccionador argentino, y el francés Arsène Wenger, entrenador del británico Arsenal.

El escenario fue el Estadio Olímpico de Roma, que logró un lleno casi total (salvo en las dos curvas). El evento fue televisado por la RAI y otros canales de diferentes continentes. El dinero recogido por las entradas servirá para apoyar los proyectos educativos de Scholas, la red mundial de escuelas que ha lanzado el Papa Francisco.

El Papa recibió a los jugadores y organizadores del Partido Interreligioso de Fútbol por la Paz, para subrayar que ese encuentro, además de servir de ayuda a los proyectos de solidaridad, era una ocasión para reflexionar sobre valores universales que encierra el fútbol y el deporte en general.

«Se trata de valores que acomunan a todas las personas, prescindiendo del origen étnico, de la cultura y del credo religioso», aclaró. Más aún, el acontecimiento deportivo de esta noche es un gesto altamente simbólico para que se comprenda que es posible construir la cultura del encuentro y un mundo de paz, donde creyentes de religiones diversas, conservando su identidad —porque cuando dije prescindiendo, no hay que entender: dejar de lado—, puedan convivir en armonía y respetándose recíprocamente».

Francisco también manifestó el deseo de que el deporte contribuyese «a dar una aportación a la coexistencia pacífica de todos los pueblos, excluyendo cualquier discriminación de origen étnico, de lengua o de religión». «Sabéis —añadió— que discriminar puede ser sinónimo de despreciar. La discriminación es un desprecio, y vosotros, con el partido de hoy, diréis No a cualquier discriminación. Las religiones, en particular, están llamadas a hacerse vehículo de paz y nunca de odio, porque en nombre de Dios hay que llevar siempre y solamente el amor. Religión y deporte, entendidos de esta forma auténtica, pueden colaborar y ofrecer a toda la sociedad signos elocuentes de esa nueva era en que los pueblos no levantarán más la espada uno contra otro».

El Papa no pudo participar en el partido, que tuvo lugar ya caída la noche en Roma. Se hubiera divertido mucho, aunque la verdad, lo que es fútbol, no hubo mucho: Maradona jugó los 90 minutos, pero cojeó más de la mitad. Fue una noche en la que los que más se divirtieron fueron los mismos jugadores.

J. C. Roma

Tender puentes, o levantar muros

Francisco explicó a los muchachos que le escuchaban que, con su vida, pueden «tender puentes, o levantar muros». Y aclaró: «Los muros separan, dividen. Los puentes acercan». ¿Qué pueden hacer estos chicos y chicas para tender puentes? «Comunicar las experiencias», les explicó. «Ustedes tienen mucho en el corazón. Ustedes pueden realizar muchas cosas». Y añadió: «Comunicarse es dar, comunicarse es generosidad, comunicarse es respeto, comunicarse es evitar todo tipo de discriminación».

Un muchacho de una escuela de Sina, en Turquía, confesó el miedo que siente todo estudiante: «¿El futuro será mejor, o será peor?».

«Yo no tengo esa bola de cristal que tienen la brujas para mirar el futuro -le dijo el Papa-. Pero te quiero decir una cosa: ¿Sabes dónde está el futuro? Está en tu corazón, está en tu mente y está en tus manos. Si vos sentís bien, si vos pensás bien y si vos con tus manos llevás adelante ese pensamiento bueno y ese sentimiento bueno, el futuro será mejor».

El Papa les pidió a los muchachos que sean jóvenes con alas y jóvenes con raíces. «Jóvenes que tengan alas para volar, para soñar, para crear, y que tengan raíces para recibir de los mayores la sabiduría que nos dan los mayores».

«Anímate a tener alas para soñar cosas buenas, para soñar un mundo mejor, para protestar contra las guerras. Y, por otro lado, respetar la sabiduría que recibiste de tus mayores, de tus padres, de tus abuelos, de los mayores de tu pueblo. El futuro está en las manos de ustedes. Aprovechen para que sea mejor», concluyó el Papa.

Scholas Ocurrentes, con niños con necesidades especiales, del Colegio Calasanz de Valencia (Venezuela).

Una red social educativa

El encuentro sirvió para lanzar la red social de Scholas (ScholasSocial), la primera plataforma en línea colaborativa, multirreligiosa y abierta a toda la comunidad educativa mundial.

La iniciativa digital permite que alumnos y docentes intercambien experiencias para aprender unas de otras. También brinda un espacio de encuentro entre los cooperadores y adherentes de Scholas que quieran donar su tiempo, trabajo o dinero para que los proyectos de las escuelas se hagan realidad.

La red de Scholas está formada por escuelas y redes educativas, privadas y públicas, de todas las confesiones religiosas; organizaciones culturales, deportivas, científicas, organizaciones gubernamentales y otros actores llamados a asumir el papel protagonista de la educación.

«Hay que recomponer el pacto educativo»

Recuerdo ese refrán africano: Para educar a un hijo hace falta una aldea (…). No podemos dejar solos a los chicos, por favor (…). Sí, está la familia, está la escuela, está la cultura, pero el chico está solo. ¿Por qué? Porque el pacto educativo está roto y hay que recomponer el pacto educativo. Una vez, en cuarto grado, le falté al respeto a la maestra, y la maestra mandó llamar a mi mamá. Vino mi mamá, yo me quedé en la clase, la maestra salió. Y después me llamaron, y mi mamá muy tranquila —yo temía lo peor, ¿no?— me dijo:

—¿Vos hiciste esto y esto y esto? ¿Le dijiste esto a la maestra?

—Sí.

—Pídele perdón.

Y me hizo pedirle perdón delante de ella. Yo quedé feliz. Me salió fácil. El segundo acto fue cuando llegué a casa. Hoy día, al menos en tantas escuelas de mi patria, una maestra pone una observación en el cuaderno del chico y al día siguiente tiene al padre o a la madre denunciando a la maestra. Está roto el pacto educativo. No es todos juntos por el chico.

Y así, hablemos de la sociedad también. O sea, recomponer el pacto educativo, recomponer esta aldea para educar a un chico. No los podemos dejar solos, no los podemos dejar en la calle, ni desprotegidos, y a merced de un mundo en el que prevalece el culto al dinero, a la violencia y al descarte.

Me repito mucho en esto, pero evidentemente que se ha instalado la cultura del descarte. Lo que no sirve, se tira. Se descartan los chicos porque no se los educa o no se los quiere. Los niveles de natalidad de algunas naciones desarrolladas son alarmantes. Se descartan los ancianos —y acuérdense de lo que dije de chicos y ancianos en el futuro—, porque se ha instalado este sistema de eutanasia encubierta. Es decir, las obras sociales te cubren hasta aquí, y después muérete. Se descartan los chicos, los ancianos, y ahora el nuevo descarte, toda una generación de jóvenes sin trabajo en países desarrollados. Se habla de 75 millones de jóvenes en países desarrollados, de 25 años para abajo, sin trabajo. Se descarta una generación de jóvenes. Esto nos obliga a salir y no dejar a los chicos solos, por lo menos eso. Y ése es nuestro trabajo. Ellos y los ancianos, ciertamente, son las personas más expuestas en esta cultura en la que predomina este descarte, pero también los jóvenes. Les tocó el turno a ellos también, para mantener un sistema de finanzas equilibrado donde en el centro ya no está la persona humana, sino el dinero.

En este sentido, es muy importante fortalecer los vínculos: los vínculos sociales, los familiares, los personales. Todos, pero especialmente los niños y los más jóvenes, tienen necesidad de un entorno adecuado, de un hábitat verdaderamente humano, en el que se den las condiciones para su desarrollo personal armónico y para su integración en el hábitat más grande de la sociedad. Qué importante resulta entonces el empeño por crear una red extensa y fuerte de lazos verdaderamente humanos, que sostenga a los niños, que les abra confiada y serenamente a la realidad, que sea un auténtico lugar de encuentro, en el que lo verdadero, lo bueno y lo bello se den en su justa armonía. Si el chico no tiene esto, solamente le queda el camino de la delincuencia y de las adicciones.

Les animo a que sigan trabajando para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza.

Del discurso del Papa en la clausura del encuentro de Scholas Ocurrentes