Scholas, un modelo para la clase política - Alfa y Omega

Scholas, un modelo para la clase política

Si 300 escolares son capaces de llegar a conclusiones sensatas y razonables, ¿no podría hacer mucho más el Congreso de los Diputados para mejorar la vida de la gente?

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La iniciativa es simple pero revolucionaria. Scholas Occurrentes, la organización puesta en marcha por Jorge Bergoglio siendo arzobispo de Buenos Aires, ha reunido a unos 300 jóvenes en Madrid para debatir sobre los principales problemas que afectan a la juventud española. Proceden de escuelas públicas, concertadas y privadas; unos son creyentes y otros no, pero las diferencias no les han impedido trabajar juntos y plasmar en un documento sus propuestas para combatir el acoso escolar y despolitizar la enseñanza en España.

El ejemplo de los jóvenes no puede ser más oportuno. Si 300 escolares son capaces de llegar a conclusiones sensatas y razonables tras una semana de rutinarias investigaciones con la ayuda de algunos expertos, ¿no podría hacer mucho más el Congreso de los Diputados para mejorar la vida de la gente?

Alguien capaz de dialogar con el otro y de anteponer el bien de todos al suyo propio: ese es también el perfil del diputado que necesita España en un Parlamento muy fragmentado, cuya composición gustará más o menos, pero refleja la realidad sociológica del país. Los partidos tienen además buena parte de los deberes ya hechos. Quien ganó en 1996 las elecciones con la promesa de combatir la corrupción y despolitizar la justicia cuenta ya con un interesante diagnóstico como punto de partida. Los que llegaron ya en Suresnes (1974) a la conclusión de que, para modernizar España, tenían que dejar a un lado los radicalismos ideológicos conocen también el camino para una política de reformas pactadas. En cuanto a determinados nacionalismos, deberán decidir si la defensa de sus intereses es o no compatible con la defensa de los intereses de todos. En buena lógica, una respuesta negativa debería significar la autoexclusión del proceso de toma de decisiones, para ellos como para cualquier otro actor político que busque exclusivamente su beneficio y se desentienda del resto. Parece elemental. Tanto, que cosas así, seguramente, no haría falta explicárselas a los jóvenes de Scholas.