50 entidades provida de EE. UU. llevan ayuda a los inmigrantes en la frontera
El grupo provida New Wave Feminists ha recaudado 100.000 dólares para llevar pañales, pasta de dientes y ropa interior a los inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración de Estados Unidos. También han recaudado dinero, que se destinará en parte a financiar asistencia legal para ellos. «Si nos importa la vida dentro del viento materno debe importarnos también la que está fuera de nuestras fronteras», argumentan
«Si nos importa la vida dentro del vientre materno debe importarnos toda vida dentro del vientre materno, también la que está fuera de nuestras fronteras. Y si nos importa toda vida dentro del vientre materno, debe importarnos toda vida humana. Punto». Destiny Herndon-De la Rosa es firme al explicar por qué un grupo provida de Estados Unidos se ha empeñado en llevar este fin de semana un camión lleno de productos tan básicos como pasta de dientes, peines, cordones de zapatos, pañales o compresas a la frontera de su país con México.
El grupo, poco conocido, se llama New Wave Feminists o Feministas de la Nueva Ola. En 2017 generó algunos titulares cuando fue expulsado de la Marcha de Mujeres organizada poco después de la toma de posesión de Donald Trump. El motivo: luchan para acabar con el aborto haciendo que sea innecesario e inimaginable.
Y por este mismo motivo han decidido, por segunda vez en menos de un año, intentar llevar la mayor cantidad de ayuda posible a la frontera. El lema de esta campaña es que Nuestra humanidad no empieza al nacer y no acaba en la frontera. «Seguimos una cosa que se llama ética congruente sobre la vida –explica Herndon-De la Rosa, su portavoz–. La razón por la que me importa el niño dentro de su madre es que veo su dignidad humana y su valor. Esa dignidad no desaparece cuando alguien nace».
Este grupo entiende que, dentro de su definición como provida, está incluido oponerse a la eutanasia, la pena de muerte y la guerra. «Me preocupo por el no nacido por la misma razón por la que me preocupo por la madre soltera, el veterano de guerra sin hogar, la persona de color o los migrantes», continúa su portavoz.
Compresas ante un huracán
La primera vez que este grupo puso en marcha una acción de reparto de ayuda fue en 2017, cuando el huracán Harvey golpeó Texas. Los norteamericanos donaron mucha comida, mantas, colchones, etc. para los evacuados, pero «nos enteramos de que a casi nadie se le había ocurrido algo tan necesario como compresas y tampones –cuenta Herndon–. Conseguimos tantos que, después de proveer a todos los centros de emergencia, hasta bromeábamos diciendo que con los que sobraban podríamos secar toda el agua».
En 2018, decidieron llevar ayuda a los inmigrantes que entran ilegalmente al país o se entregan en la frontera para solicitar asilo y son detenidos por las fuerzas de control fronterizo. Su primera intención era llevar la ayuda a los propios centros de detención –donde hace unas semanas se supo que ni siquiera había pasta de dientes o pañales para los niños–, pero «rechazan las donaciones».
Así que recurrieron al primer lugar donde llegan las familias cuando son puestas en libertad: los centros de ONGs a los que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas trasladan a las personas y donde se les ayuda a contactar con familiares y viajar a otras partes del país mientras esperan juicio por entrar ilegalmente en Estados Unidos. Allí todavía «tienen necesidad extrema de productos básicos». Por no tener, no tienen ni cordones de zapatos «porque Inmigración se los quita». Presumiblemente, para evitar suicidios.
Apoyo legal
En diciembre, llevaron 10.000 dólares en ayuda al Centro de Respiro Humanitario que dirige la religiosa católica Norma Pimentel en el Valle del Río Grande. Lo que vieron allí «era terrible. Llevábamos ropa interior para mujeres y niños, y un voluntario nos preguntó si teníamos algunos calzoncillos de la talla 12 (para los 10 años aproximadamente). Nos contó que algunos adultos estaban tan malnutridos por llevar tiempo asegurándose de que sus mujeres e hijos comían lo suficiente que eran los únicos que les servían. Se te rompía el corazón».
En esta última convocatoria han contado con la ayuda de otras 50 entidades provida, como Demócratas Provida o And Then There Were None, la asociación fundada por la exabortista Abby Johnson para ayudar a otros compañeros a dejar este negocio. Con su apoyo, han logrado de momento recaudar diez veces más: 100.000 dólares (89.000 euros).
Los donativos en especie los van a llevar con un camión (también cedido gratuitamente) al centro de la hermana Pimentel, y las aportaciones económicas las van a repartir entre otra ONG católica, Annunciation House en El Paso (Texas), y una entidad que apoya legalmente a los padres que han sido separados de sus hijos.