Aleluya nigeriana - Alfa y Omega

Aleluya nigeriana

Fernando de Haro
Detalle del cartel del documental 'Aleluya

Blessed John tiene una apariencia aniñada. Se diría que en lugar de los 25 años que ha cumplido, acaba de salir de la adolescencia. Es difícil imaginar que ya es viuda, que cría dos niños sola, que ha estado en manos de Boko Haram. «Me secuestraron y me dijeron que tenía que rezar como una musulmana. Pero no quise. Estoy bautizada», me contaba en un campo de refugiados de Abuja. Su sonrisa cautivaba. Como solo cautiva la alegría de estos cristianos. Por eso mi película dedicada a ellos se llama Aleluya. Esta grabada en la capital y en varias ciudades del norte de Nigeria, un país donde el terrorismo golpea con fuerza desde hace 15 años. Decenas de miles de personas han perdido la vida y hay cerca de dos millones de desplazados. Me recomendaron que no fuera, que el riesgo era excesivo. No es fácil conseguir un visado y moverse por algunas zonas. Pero ha merecido la pena. He hablado con numerosas víctimas de la violencia y también he bailado y cantado en iglesias atestadas de gente que celebra la misericordia como una fiesta. Aleluya no es una película morbosa ni triste. Aleluya, mi tercer documental de una serie dedicada a los cristianos perseguidos, es el relato de la vida de un pueblo que canta, que baila, que perdona, que permanece fiel y que agradece la fe recibida.

[El documental Aleluya se presenta hoy, a las 20 h., en el colegio mayor universitario San Pablo de Madrid]