21 de enero: santa Inés, virgen y mártir - Alfa y Omega

21 de enero: santa Inés, virgen y mártir

José María Ballester Esquivias

El voto de virginidad motivó el martirio de santa Inés, una joven romana de buena familia: pretendida para el matrimonio por varios hombres, su compromiso con Jesucristo hizo que los rechazara uno a uno, incluido al hijo del Prefecto de Roma, que la denunció ante su padre por ser cristiana. Eran los tiempos de Diocleciano, lo que equivale a decir tiempos en los que la persecución a los cristianos alcanzó su punto álgido.

Sin embargo, a raíz de la denuncia, Santa Inés no fue, en un primer momento, condenada a muerte sino a tener que vivir en un prostíbulo. Mediante un milagro, consiguió mantener su virginidad. Según las Actas, el documento que da fe de su martirio, su suplicio implicaba permanecer desnuda a la vista de todos. Sin embargo, el crecimiento abundante de su pelo le tapaba el cuerpo. Según su hagiografía, el hombre que intentó hacerla perder su condición de virgen, acabó ciego. Pero las plegarias de Inés le devolvieron la vista.

Condenada a muerte, sus últimas palabras, ante las presiones de sus verdugo para que abjurase su fe, fueron: «Injuria sería para mi Esposo que yo pretendiera agradar a otro. Me entregaré sólo a Aquél que primero me eligió. ¿Qué esperas, verdugo? Perezca este cuerpo que puede ser amado por ojos que detesto».