El Papa invita a celebrar la fecha de nuestro bautismo, «nuestro nacimiento como hijos de Dios» - Alfa y Omega

El Papa invita a celebrar la fecha de nuestro bautismo, «nuestro nacimiento como hijos de Dios»

La fecha del propio bautismo debe celebrarse reafirmando nuestra fe en Cristo, «con el empeño de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la que todos somos hermanos»

Redacción

En el ángelus del segundo domingo del 2016, fiesta del Bautismo del Señor, el Santo Padre Francisco señaló que en este día recordamos agradecidos nuestro Bautismo e invitó a rezar por el grupo de niños que, esta misma mañana, acababa de bautizar.

El Obispo de Roma invitó a recordar el día de nuestro Bautismo. Es una fecha que celebrar, porque marca «nuestro nacimiento como hijos de Dios». Pero celebrar este día también significa reafirmar nuestra fe en Cristo, «con el empeño de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la que todos somos hermanos».

Basándose en el pasaje del evangelio de Lucas que relata el bautismo de Jesús en el río Jordán, el Papa recordó que en este evento, en el que «Jesús es consagrado y manifestado por el Padre como Mesías salvador», tuvo lugar el paso del bautismo de Juan Bautista, basado en el símbolo del agua, al Bautismo de Jesús «en el Espíritu Santo y en el fuego».

De hecho, el Espíritu Santo es el artífice principal en el Bautismo cristiano porque es Él el que «quema y destruye el pecado original», liberándonos de las tinieblas y trasladándonos al reino de la luz. «¡Pensemos a qué dignidad nos eleva!», exclamó el Pontífice.

El Santo Padre subrayó que esta «realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús» y de reproducir en nosotros mismos su mansedumbre, humildad y ternura. Esta tarea «no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay tanta intolerancia, soberbia, dureza» pero «¡es posible!». Y lo es gracias a la fuerza del Espíritu Santo, que abre el corazón a la Verdad, nos empuja hacia la caridad, nos otorga el perdón de Dios y es «presencia viva y vivificante en quien lo recibe».

Texto completo de las palabras del Papa antes del rezo del ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este domingo después de la Epifanía celebramos el Bautismo de Jesús, y hacemos memoria grata de nuestro Bautismo. En este contexto, esta mañana bauticé a 26 neonatos: ¡recemos por ellos!

El Evangelio nos presenta a Jesús, en las aguas del río Jordán, al centro de una maravillosa revelación divina. Escribe san Lucas: «Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”». (Lc 3, 21-22). De este modo Jesús es consagrado y manifestado por el Padre como Mesías salvador y liberador.

En este evento –testificado por los cuatro evangelios– tuvo lugar el pasaje del bautismo de Juan Bautista –basado en el símbolo del agua– al Bautismo de Jesús «en el Espíritu Santo y en el fuego» (Lc 3, 16). De hecho, el Espíritu Santo en el Bautismo cristiano es el artífice principal: es Él que quema y destruye el pecado original, restituyendo al bautizado la belleza de la gracia divina; es Él que nos libera del dominio de las tinieblas, es decir, del pecado y nos traslada al reino de la luz, es decir, del amor, de la verdad y de la paz. Esto es el reino de la luz. ¡Pensemos a qué dignidad nos eleva el Bautismo! «Miren qué amor tan singular nos ha tenido el Padre que no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos» (1 Jn 3, 1), y lo somos realmente, exclama el apóstol Juan. Tal estupenda realidad de ser hijos de Dios comporta la responsabilidad de seguir a Jesús, el Siervo obediente, y reproducir en nosotros mismos sus rasgos: mansedumbre, humildad, ternura. Y esto no es fácil, especialmente si entorno a nosotros hay tanta intolerancia, soberbia, dureza. ¡Pero con la fuerza que nos llega del Espíritu Santo es posible!

El Espíritu Santo, recibido por primera vez el día de nuestro Bautismo, nos abre el corazón a la Verdad, a toda la Verdad. El Espíritu empuja nuestra vida hacia el camino laborioso pero alegre de la caridad y de la solidaridad hacia nuestros hermanos. El Espíritu nos dona la ternura del perdón divino y nos invade con la fuerza invencible de la misericordia del Padre. No olvidemos que el Espíritu Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo recibe, reza con nosotros y nos llena de alegría espiritual.

Hoy, fiesta del Bautismo de Jesús, pensemos en el nuestro, en el día del nuestro Bautismo; todos nosotros hemos sido bautizados, agradezcamos por este don. Y les hago una pregunta, ¿quién de ustedes conoce la fecha de su Bautismo? Seguramente no todos, por eso, les invito a ir a buscar la fecha preguntando por ejemplo a sus padres, a sus abuelos, a sus padrinos, o yendo a la parroquia. Es muy importante conocerla porque es una fecha para festejar: es una fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios, por esto, tarea para casa para esta semana: ir a buscar la fecha de mi bautismo. Festejar aquel día significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos.

La Virgen María, primera discípula de su Hijo Jesús, nos ayude a vivir con alegría y fervor apostólico nuestro Bautismo, recibiendo cada día el don del Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios.

Texto completo de las palabras del Papa después del rezo del Angelus

Queridos hermanos y hermanas,

Les saludo a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos llegados desde Italia y desde diversos países.

Saludo en particular a los estudiantes del Instituto Bachiller Diego Sánchez de Talavera La Real, España; al coro de los Alpinos de Martinengo con los familiares; al grupo de adolescentes de San Bernardo en Lodi.

Como decía, en esta fiesta del Bautismo de Jesús, según la tradición he bautizado a numerosos niños. Ahora querría hacer llegar una especial bendición a todos los niños que han sido bautizados recientemente, también a los jóvenes y adultos que han recibido desde hace poco los Sacramentos del inicio cristiano o que se están preparando. ¡La gracia de Cristo los acompañe siempre!

A todos les deseo un buen domingo. No olviden de la tarea para casa: buscar la fecha del bautismo y por favor, no se olviden también de rezar por mí.

¡Buen almuerzo y hasta la vista!

Traducción: RV