Juan Ciudad reinventa la cooperación al desarrollo - Alfa y Omega

Juan Ciudad reinventa la cooperación al desarrollo

A través de sus 23 Grupos de Mejora, la Orden de San Juan de Dios incorpora a sus obras las mejores prácticas profesionales y fomenta la mayor implicación del personal contratado. Uno de esos grupos ha llevado a cabo un innovador proyecto de cooperación en la India

Ricardo Benjumea

«En cooperación internacional no funciona lo de imponer al otro tus criterios», afirma el hermano José María Viadero, director de la Fundación Juan Ciudad, de los Hermanos de San Juan de Dios. El religioso recuerda un caso en Asafo (Ghana). En un pueblo que padecía sequía severa, los Hermanos de San Juan de Dios construyeron en los años 80 un pozo que terminaría poco después convertido en vertedero. «No se les preguntó ni se contó con ellos. Ese fue el error». «Hay que crecer con la gente. La cooperación debe ser cultura del encuentro». Desde entonces, Viadero ha tenido claro que «había que reinventar la cooperación», y «esto es lo que hemos hecho en la fundación».

Desde Kerala (India), le llegó una petición de ayuda del St. John of God Centre, dedicado a la educación especial, que necesitaba formar a su personal. Varios años después, Juan Ciudad ha enviado a un equipo. El cauce ha sido un Grupo de Mejora, un instrumento que la congregación lleva varios años explotando con gran éxito, para incorporar las mejores prácticas profesionales a sus distintas obras.

Hay, en la actualidad, 23 Grupos de Mejora operativos, conformados por técnicos y colaboradores de los centros de la orden que proponen innovaciones en ámbitos tan diversos como la atención a las personas sin hogar o la gestión económica. Gracias al trabajo de estos grupos, se ha conseguido, por ejemplo, acortar tiempos de espera en hospitales o mejorar la calidad de la atención al paciente.

Valorados por la congregación

El Grupo de Mejora enviado al St. John of God Centre se formó con seis jóvenes profesionales procedentes de diversas obras de la congregación y expertos en educación especial, psicología o logopedia. Allí se encontraron con una contraparte absolutamente motivada. «Todos nos mostraron un alto grado de sensibilización», cuenta la psicóloga Clara Sanz, del Hospital San Juan de Dios de Sevilla.

Durante la estancia, en el mes de octubre, los cooperantes españoles detectaron los puntos fuertes y débiles del trabajo que se realiza en el hospital. Tras unos días de observación, señalaron algunas deficiencias muy básicas que, para el personal local, pasaban inadvertidas, bien por la inercia o por los prejuicios culturales que existen en la India hacia a la discapacidad intelectual. La relación entre el hospital y las familias era, por ejemplo, prácticamente inexistente, incluso en lo referido a informaciones básicas como si alguno de los chicos atendidos había dejado de tomar algún día la mediación recetada.

Cooperantes y personal local redactaron juntos un Manual de Buenas Prácticas. La comunicación entre ambas partes se ha mantenido después y son frecuentes las consultas.

Pero además del trabajo en la India, los seis cooperantes destacan la importancia de sentirse escuchados y valorados por la congregación. «Estoy infinitamente agradecida por la confianza que han depositado en mí», afirma Mónica Mesonero, psicopedagoga y maestra de educación especial en Valladolid.

Coincide con ella Raquel Juanes, trabajadora social, también de Valladolid, para quien la misión ha supone «confianza, motivación y una gran responsabilidad». La experiencia –añade– le ha permitido también apreciar mejor que «los valores de la Orden son universales: hospitalidad, respeto, espiritualidad…».

Las mejores prácticas profesionales al servicio de los más vulnerables

David López Royo es el coordinador de Organización y Gestión de Centros de la Fundación Juan Ciudad y uno de los máximos responsables de los Grupos de Mejora. A través de esos instrumentos, «nos fijamos objetivos operativos, vamos evaluando periódicamente nuestro trabajo y buscamos fórmulas para la mejora y la innovación permanente», explica López Royo, con un variado currículo profesional a sus espaldas, ya que ha sido, entre otras cosas, director de El Correo de Andalucía, profesor en la Universidad de Comillas o director de Cooperación Internacional de Cáritas Española.

Los Grupos de Mejora sirven para incorporar las mejores prácticas profesionales y ponerlas «al servicio de las personas más vulnerables», pero también para fortalecer «la dimensión pastoral» en las obras de la congregación, añade.

La propia dinámica del trabajo provoca a la vez cambios hacia adentro. «Estamos generando una cultura de institución que está descubriendo el trabajo que se hace en cada centro y un mejor conocimiento de la realidad en todos los centros de España. Se puede decir también que, a nivel internacional, con el proyecto realizado en la India, pueden existir sinergias que hagan crecer una cooperación estrecha y positiva entre colaboradores de distintos países y culturas».

No son cambios extraños a la tradición de los Hermanos de San Juan de Dios, congregación en la que «ha existido siempre una activa implicación de los laicos». Este es uno de los elementos que más se han visto reforzados con los Grupos de Mejora. López Royo destaca también la sintonía con el proyecto Laicos en Misión Compartida que impulsa la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) para involucrar a los laicos vinculados a los congregaciones de forma más activa en sus obras.