Monseñor Omella acude a venerar a la patrona de Cataluña - Alfa y Omega

Monseñor Omella acude a venerar a la patrona de Cataluña

El nuevo arzobispo de Barcelona tomó posesión este sábado 26 de diciembre. Un día después acudió a visitar a la Virgen de la Merced, patrona de Barcelona, y hoy se encontró con la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña

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De madrugada llegó el arzobispo a los pies de la montaña de Montserrat, junto con el obispo auxiliar Sebastià Taltavull, donde los esperaba el padre abad de los benedictinos, Josep Maria Soler. Juan José Omella, acompañado de los monjes benedictinos, ha visitado la basílica de la patrona, deteniéndose de entrada a la capilla del Santísimo para orar. Ha recorrido la nave central admirando el interior del templo y, a continuación, ha acudido al camarín de la Moreneta para venerarla y rendirle homenaje.

Tal y como explicaba Omella, cuando entró en la diócesis de Zaragoza lo primero que hizo fue visitar la Virgen del Pilar para pedir su protección durante su ministerio, y lo mismo ha querido hacer en Cataluña. «Montserrat, es un lugar donde se siente a Dios muy de cerca y uno se siente muy animado a trabajar por el reino de Dios, que da la fuerza para continuar el trabajo de anunciar a Jesucristo», añadía.

Misa en fraternidad

Tras la visita, ha tenido lugar la celebración de la Eucaristía, que ha presidido el mismo arzobispo. Al inicio, el padre abad de Montserrat le ha dedicado unas palabras de bienvenida en nombre de todos los monjes benedictinos, ofreciendo su oración por su buen ministerio. Omella, que se ha presentado a todos como un peregrino más ha agradecido a los monjes su oración y su vocación, que hace ejemplo de fraternidad.

Ha recordado el Concilio Vaticano II, con la cita «Iglesia ¿qué dices de ti misma? Sé lo que tienes que ser». Con la misma línea les ha dicho a los monjes «sed lo que se necesita ser». «Vuelva a su carisma, a la oración. Yo he necesitado espacios de paz que nos ayuden a serenarse en este mundo tan convulso «Ha de enseñar y ayudar en este trabajo tan importante que es construir un mundo en fraternidad, una de las virtudes de vivir en comunidad. Respetar, valorar, amar, ayudar y perdonar al otro».

Montse Punsoda
Archidiócesis de Barcelona