La reforma del Papa - Alfa y Omega

La reforma del Papa

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Foto: AFP Photo/Alberto Pizzoli

Las felicitaciones navideñas del Papa a la curia se consolidan como discursos de alto voltaje y casi, podría decirse, como uno de los referentes o signos de identidad más característicos de un pontificado marcadamente reformista. Aunque Francisco no ha sido esta vez tan duro con sus colaboradores como el año pasado, su tono ha vuelto a llamar la atención por su exigencia, en contraste con la dulzura que emplea siempre hacia los fieles y, especialmente, hacia las personas más pobres y vulnerables. Como buen pastor de almas, el Papa sabe cuándo animar y cuándo conviene corregir. Pero sobre todo, como experimentado hombre de gobierno, comprende que las reformas estructurales son necesarias, pero que lo realmente decisivo es la reforma de los corazones y de las actitudes. Con el Año de la Misericordia, el Papa propone –según explicó el lunes– una vuelta «a lo esencial». El Jubileo extraordinario debe significar «una fuerte llamada a la gratitud, a la conversión, a la renovación, a la penitencia y a la reconciliación», comenzando por quienes, por sus responsabilidades, deben velar de forma especial para que la Iglesia transparente a Jesucristo.