La sabiduría de los salmos - Alfa y Omega

La sabiduría de los salmos

José Francisco Serrano Oceja

No es frecuente que un filósofo, uno de los filósofos vivos mas importantes de este momento, escriba un libro de meditaciones, de espiritualidad. Tampoco debe extrañarnos. La lectura de los salmos en perspectiva cristológica es una fuente de sabiduría que vertebra la inteligencia y la voluntad. Los salmos son venero de inspiración y alimento del espíritu, de felicidad. Y ahí hay que colocar al autor de nuestro comentario sobre los salmos, en la medida en que ofrece una propuesta de superación de la clásica discusión entre Fénelon y Bossuet, aquella polémica que se preguntaba si el amor puro a Dios exigía anular el interés por la felicidad. Una, polémica al fin y al cabo, sobre la naturaleza y sobre la dimensión trascendental, espiritual, de la naturaleza humana.

Un filósofo, con oído para la tradición católica, que medita y piensa, piensa y medita con los salmos y sobre los salmos. La fe y la razón que no discurren por las sendas del choque o el conflicto, antinomias, contradicciones, sino que confluyen en el logos, en el amor a la verdad, en el asentimiento interior a la verdad y al sentido que se revela en la sabiduría bíblica y en el rostro de Jesús. Unas meditaciones que producen en el lector el efecto de hacernos salir de nosotros mismos al encuentro con Dios y con la realidad, en dos momentos del proceso del asentimiento: apertura a la luz de la verdad con asombro y respuesta a la verdad que se muestra con devoción. De ahí que uno de los temas principales, tanto en le pensamiento filosófico de Robert Spaemann como en sus escarceos espirituales, sea el de ayudar al lector a separar las apariencias de la realidad. Por eso de que dijera el también filosofo Étienne Gilson: «Todo el mundo es realista en algo». La clave de nuestra vida también está, según esta lógica, en determinar en qué somos realistas.

Confiesa Robert Spaemann que comenzó a escribir estos comentarios a los salmos hace muchas décadas. Y que envió algunos de ellos al teólogo Hans Urs Von Balthasar (1905-1988), quien le sugirió la publicación. Sin embargo, esto no ocurrió hasta que nuestro filósofo dejó la docencia regular en la Universidad, lo que le permitió volver sobre lo que había escrito hacía mucho tiempo. Unos escritos en los que se combinan ideas traídas de otros, autores clásicos principalmente –con predominio de san Agustín y santo Tomás de Aquino-, reflexiones personales y momentos de alta intensidad oracional. No en vano, como dice el autor, una religión está viva en virtud de su cara interior. Ninguna psicología o sociología cultural puede hacernos comprender en qué consiste estar enamorado. Tenemos que experimentar el amor, para poder confesar que estamos enamorados. Y el amor de Dios, que la humanidad experimentó de forma sublime en Belén, siempre es fecundo. Como dice el autor en unos de los comentarios, quien niega a Dios, niega la libertad. Quien niega Belén, niega la posibilidad del futuro en la historia.

Meditaciones de un cristiano. Sobre los salmos 1-51
Autor:

Robert Spaemann

Editorial:

BAC