438.000 peregrinos recorrieron el Camino de Santiago durante el Año Santo
«Se han superado todas las expectativas. Santiago se ha convertido en uno de los puntos de referencia espiritual del mundo entero», asegura el deán de la catedral gallega
El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, cerró este sábado 31 de diciembre la puerta santa de la catedral, dando así por concluido el Año Santo Compostelano, que ha durado el doble de lo habitual a causa de la COVID-19 y en el que se han vuelto a superar todos los record de peregrinos. «Los dos años han sido totalmente distintos. En el primero todavía había muchas reticencias para venir por culpa del coronavirus, pero en el segundo se han desbordado todas las expectativas», explica José Fernández Lago, deán de la catedral de Santiago de Compostela. «Cuando yo entré de canónigo en la catedral —tal día como hoy hace 44 años— llegaban unos 60 peregrinos al año. En el 2022 han sido más de 438.000», destaca en entrevista con Alfa y Omega.
Casi la mitad de todos los que han cruzado la puerta santa —que no volverá a abrirse hasta 2027 cuando el 25 de julio caiga en domingo—son extranjeros, el 45 %, con procedencia mayoritariamente de cuatro países: Italia, Alemania, Portugal y Estados Unidos. Es la primera vez que los americanos se sitúan entre los países que más peregrinos mandan. De todas formas, «aquí está representada toda la ONU. Antes me entendía con cualquier en inglés o francés, pero ahora hay quien no me entiende porque viene países como Corea», asegura el deán.
De entre todos ellos, Fernández Lago recuerda a uno que le confesó «que había llegado a Santiago a darse una gran comilona. “Al llegar, se me ocurrió venir a la catedral, me empezaron a temblar las piernas y aquí estoy para confesar”. Hablamos media hora, y al final me dijo que había sido el día más feliz de su vida». El sacerdote también guarda en su memoria el testimonio de una peregrina a la que le habían animado a hacer el Camino de Santiago y que cuando lo terminó «contó que estaba esperando a que llegara su marido para apuntarse a un catecumenado para hacerse cristiana».
Para José Fernández Lago estas experiencias, sumadas al número de visitantes que se han acercado hasta el templo —cerca de seis millones de personas en estos dos años—, han convertido a Santiago «en uno de los puntos de referencia espiritual del mundo entero. El balance es muy bueno porque se ha ayudado a muchas personas a refrescar esa vida espiritual que a lo mejor tenían de niños, pero que con los años habían dejado de lado».
Las puertas de Dios
Un mensaje parecido fue el que transmitió Julián Barrio durante la homilía de clausura del Año Santo. El arzobispo, que celebró la llegada de numerosos peregrinos «pese a las consecuencias de la pandemia y las guerras como la de Ucrania», habló de la tumba del apóstol como una «luminosa referencia espiritual» para tanta gente. Asimismo, subrayó que aunque la puerta santa se haya cerrado, no lo hacen «las puertas de Dios, símbolo de camino, verdad y vida».
Durante la homilía, que se celebró pocas horas después de conocerse la muerte de Benedicto XVI, Barrio también se acordó del Papa emérito, al que le deseó que el apóstol Santiago haya «acompañado al pórtico definitivo» desde donde seguirá trabajando «por la vida y la verdad».