«Hoy se podría acabar con el hambre» - Alfa y Omega

«Hoy se podría acabar con el hambre»

Alicia Gómez-Monedero
Una de las pancartas de la marcha solidaria. Foto: Movimiento Cultural Cristiano

El consumismo navideño es un arma de doble filo. Por un lado, impulsa la economía local, pero tras las cifras macroeconómicas a menudo se esconde la explotación laboral a miles de personas en otros países.

Bajo el lema No más esclavos, trabajo sobre capital, el Movimiento Cultural Cristiano (MCC) ha pedido a los madrileños que compren con responsabilidad y mesura para no convertirse en cómplices de situaciones de explotación, como la utilización de niños como mano de obra barata.

«Queremos que la Navidad sea un signo de esperanza para los pobres, para que sepan que no están solos», dice Alberto Mangas, responsable de comunicación del Movimiento en Madrid.

Marcha silenciosa

El centro de Madrid fue testigo el domingo 13 de diciembre de una marcha silenciosa en contra de la explotación laboral de los países del sur y del hambre que suponen en torno al 80 % de la población mundial. A las seis de la tarde arrancaba en plaza de España la acción de protesta, que finalizó en la Puerta del Sol con la lectura de un manifiesto. Miembros del MCC se abrían paso entre una multitud que entraba y salía de las tiendas de Gran Vía o Preciados, con pancartas en las que se podían leer frases como «Hoy es posible acabar con el hambre si hay voluntad política», portadas por jóvenes, niños y mayores que caminaban a favor de la abolición de la esclavitud en cualquiera de sus formas.

Jesús Berenguer, responsable de Medios del movimiento, afirma que «la marcha ha sido un llamamiento, un grito silencioso en torno a los grandes templos del consumo ubicados en estas calles, que están basados en la explotación del hombre. Hay que hacer ver que no vale cualquier sistema para enriquecerse, sino que hay que hacer del sufrimiento de nuestros hermanos el nuestro propio y crear una economía solidaria».

La familia de Belén, inmigrante y pobre, es la referencia esencial para estos días, porque «todo cobra sentido en esta figura pues hoy más que nunca estamos viendo el drama de los refugiados, también familias inmigrantes y pobres», dice Mangas.

Colecta restitutoria

Además de la marcha, en la mañana del domingo el MCC organizó una Misa por la justicia en la parroquia de Santa María del Silencio, presidida por José Luis Segovia, vicario de Pastoral Social e Innovación. En ella se hizo una colecta para restaurar de forma simbólica con nuestros bienes lo robado a los pobres. En su homilía, el vicario pidió «que Dios sea nuestra justicia», ya que «no es posible el conocimiento de Dios sin obras de justicia inspiradas por la misericordia». Una misericordia, subrayó, «que se vuelca sobre la vulnerabilidad humana».

Segovia invitó también a compartir los bienes y a evitar los abusos laborales porque, como se leía en el Evangelio del domingo, «al término de nuestros días solo nos llevaremos aquello que hemos regalado en esta vida», aseguró el vicario, citando a la beata Teresa de Calcuta.

13TV