La maternidad como sorpresa - Alfa y Omega

La maternidad como sorpresa

José Francisco Serrano Oceja

El Adviento es una experiencia también de maternidad. Pensar en la maternidad nos ayuda a entender el tiempo litúrgico en el que estamos, y a adentrarnos en la celebración posterior que da sentido pleno a nuestra espera y a nuestra esperanza. Pensar en la maternidad es vivir el Adviento; pensar desde dos claves, tal y como hace nuestra autora, profesora de Filosofía de la Universidad de Macerata, en Italia: a partir de la experiencia de la maternidad biológica, y de las otras formas, adopción, espiritual; y desde la filosofía, en particular del pensamiento de Kierkegaard y del pensador francés Jean-Louis Chrétien, como glosa a su obra no traducida al español Répondre. Figures de la réponse et de la responsabilité. Nos encontramos, por tanto, con una filosofía de la maternidad que es unitaria, no dicotómica ni dialéctica, escrita con una especial sensibilidad, gusto y finura, incluso literaria, como testimonio y testamento para sus dos hijas y para los lectores.

Carla Canullo, seguidora de la fenomenología, parte, en su reflexión sobre la maternidad, de la carne dilatada, que remite a una filosofía y a una teología de la carne. Los meses de la gestación son un tiempo dilatado en el que la mujer «siente vivir la carne», esa carne que se dilata por sorpresa del otro. Un cuerpo dentro de un cuerpo que no solo es cuerpo, que comienza su propia historia y que, al recibir la vida, inventa y responde. Por cierto, inventar en su sentido etimológico y retórico, invención como búsqueda, también de significado. La vida es sorprendida por ese otro, dilatando el sentido de los sentidos, ofreciendo una respuesta a la sorpresa de lo que se nos ha dado. Y aquí nuestra autora hace un preciosa reflexión sobre la realidad, con afirmaciones tales como que «la realidad, si la interrogamos responde, y respondiendo nos revela algo de nosotros mismos». La nueva criatura que está en la mujer interpela, afirma la autora, sobre el nosotros, pide algo de nosotros, pide acogida a nosotros. ¿Qué es el Adviento?

El dilatarse de la vida herida por la sorpresa, que es la maternidad, significa que la vida se expande en el tiempo y en el espacio. La vida herida es, pues, la vida sorprendida, y en cuanto sorprendida, dilatada. Los enemigos de la vida dilatada –en el tiempo y en el espacio– son el miedo y el temor. No la sorpresa de la vida y en la vida sorprendida. Una vez que se corta el cordón umbilical, el otro, o la otra, comienza a irse; entramos en la dinámica de la invención y de la educación, etimológicamente, de la salida de uno mismo. La maternidad como ejercicio de paciencia y de perseverancia. La educación como ejercicio de paciencia y de perseverancia. Toda madre educa porque responde; solo se aprende a ser madre, afirma la profesora Canullo, respondiendo al otro, ofreciendo una respuesta adecuada a las sorpresas de la vida del otro. La maternidad también es la experiencia del vínculo. El vínculo siempre contiene un intrínseco valor mediador. Por eso, cuando leí esas páginas finales, me acordé de la Iglesia.

Ser madre. Reflexiones de una joven filósofa
Autor:

Carla Canullo

Editorial:

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