Ningún partido con opciones defiende la vida en su programa - Alfa y Omega

Circunscribiéndome a los partidos políticos que según las encuestas accederán al Parlamento, lo más llamativo es que ya ninguno manifiesta ningún compromiso programático serio con la defensa de la vida. En primer lugar destaca por su omisión el programa del PP, del que ha desaparecido el compromiso con la reforma de la legislación del aborto que defendía en las pasadas elecciones generales. Se asimila así el PP en esta materia, al resto de los partidos políticos ubicados a su izquierda.

De Ciudadanos a la izquierda, aparece en sus programas electorales, con distintas formulaciones, una apuesta por la legalización de prácticas eutanásicas y de la denominada maternidad subrogada, que supondrán de gobernar estos partidos, nuevos ámbitos de desprotección legal de la vida en su fase final o inicial, que degradarían aún más el ordenamiento jurídico español en materia de defensa de la vida.

A la vista de este panorama resulta que previsiblemente en el próximo Parlamento español, no habrá ningún grupo político significativo que esté dispuesto a avanzar en la defensa de la vida, y sí habrá amplias mayorías comprometidas con una mayor desprotección de este derecho fundamental. Frente a esta desalentadora y dramática situación, si merece la pena resaltar también que en los programas de todos los partidos políticos, del PP a Podemos, aparecen referencias inconcretas y poco sistemáticas a políticas de apoyo a la maternidad y de facilitación de la conciliación, aunque en todos ellos está ausente una valoración positiva de la maternidad y de su ámbito ecológico que es la familia.

A la luz de este situación, es evidente que los defensores de la vida y la familia careceremos de una representación parlamentaria y referente político significativo en el panorama político español, y nos corresponde a nosotros la ineludible responsabilidad de generar en el seno de la sociedad civil, la revolución cultural que permita que en próximas convocatorias electorales se materialicen fuerzas políticas con vocación mayoritaria que hagan suya la causa de la familia y la vida.