Gentes: Jaime González, periodista (en ABC) - Alfa y Omega

Si en lugar de una injusticia mortal, el hambre fuera un virus contagioso, hace tiempo que habría sido erradicada. Sólo el pánico nos hace sentirnos concernidos. Para tomar conciencia, necesitamos que el miedo nos eche su aliento en el cogote, presagiar la muerte, activar protocolos. No nos moviliza el sufrimiento ajeno, salvo cuando el espanto del prójimo se vuelve una amenaza. Pero hay hombres que tienen un corazón más grande que cualquier plan de emergencia. Ellos no le tienen miedo a la muerte: son los misioneros.