«El cambio climático es un ataque sin precedentes contra los derechos humanos» - Alfa y Omega

«Como nos advierten Cáritas y otras organizaciones en la vanguardia de la defensa de los derechos humanos, las sequías y las inundaciones amenazan zonas vulnerables en todas las regiones del mundo, y las cada vez más impredecibles precipitaciones hacen la vida más difícil para los más pobres y vulnerables. El cambio climático amenaza a gran escala el derecho a la alimentación y el derecho a la vivienda. La Conferencia sobre el Cambio Climático COP21 debería ser considerada realmente como una cumbre sobre los derechos humanos. Estamos en la cuenta atrás, Debemos frenar esta tendencia y adoptar una acción decidida contra el cambio climático ya para poner fin a esta agresión sin precedentes a los derechos humanos», asegura el profesor Olivier de Shutter, exrelator especial de la ONU sobre seguridad alimentaria, que actualmente es copresidente del Grupo Internacional de Expertos sobre sistemas sostenibles de alimentos y miembro de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Los más pobres y más vulnerables son los más fuertemente golpeados por la devastación causada por el cambio climático. Cáritas trabaja en todo el mundo con las comunidades que son testigos de primera mano sobre la creciente ferocidad de los eventos meteorológicos extremos y el impacto devastador sobre su salud y bienestar.

«La COP21 debe alcanzar un acuerdo exitoso. ¡Y este acuerdo tiene todo que ver con los derechos humanos! Las decisiones que se tomarán en París afectarán a muchos derechos humanos, como el derecho a la alimentación, el derecho al agua y el derecho a la tierra. En última instancia, la COP21 trata sobre el derecho a vivir una vida con dignidad», señala Silvia Sinibaldi, experta sobre incidencia política en las áreas de desarrollo internacional y ayuda humanitaria de Cáritas Europa.

Por ello, Cáritas pide a la COP21 que:

  • Se asegure de que el acuerdo final es justo y jurídicamente vinculante.
  • Se acuerde mantener calentamiento global por debajo de 1,5 °C para garantizar la supervivencia de los pequeños Estados insulares.
  • Y poner los derechos humanos en el centro del acuerdo.

Los derechos humanos, foco de la delegación de Cáritas en la COP21

Las cuestiones señaladas por Cáritas Europa en su declaración son las mismas sobre las que los tres representantes de Cáritas Española y el conjunto de los miembros de la delegación de Caritas Internationalis presentes en París están poniendo el acento en su intenso trabajo de incidencia e interlocución que llevan a cabo estos días en las sesiones de la COP21 que tienen lugar en la capital francesa.

En el foro de debate organizado por Caritas Internationalis el pasado lunes en el Centro de Conferencias de Le Bourguet bajo el lema ¡Implícate! Personas, Derechos, Justicia, Ivo Poletto, coordinador del Foro Cambio Climático en Brasil y miembro de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), recordó «sólo podemos estar vivos porque el planeta es fuente de vida. El derecho de la tierra de mantenerse con agua y bosques es fundamental; y si no partimos de ese principio, lo que estamos pensando que nosotros somos el centro».

Los derechos humanos fue una de las cuestiones que, con mayor fuerza, se plantearon en el foro, donde se advirtió que, hasta el momento, su defensa haya quedado «aparcada» en el preámbulo del borrador de acuerdo final y carezca del carácter transversal indispensable para abordar en su globalidad los problemas de la mitigación, la adaptación o la financiación. En ese sentido, se puso el énfasis en la importancia de que los derechos humanos aparezcan en el cuerpo del texto final que se negocie.

Pérdida de tierras en Oceanía

Otro tema crucial que plantea la declaración de Cáritas Europa, como es establecer el límite del calentamiento en 1,5 ºC, también se presentó el foro de debate de la mano de Cáritas Oceanía. En esa región, la realidad del cambio climático se traduce ya en efectos alarmantes, como los provocados por los últimos ciclones —en marzo pasad, el ciclón «Pam» afectó al 70 % de la población de Vanuatu— o la subida del nivel del mar, que está inundando zonas habitables de muchas islas. Algunas comunidades se están mudando a otros lugares, porque ya no es posible seguir viviendo en sus hogares de siempre.

En estas islas, la máxima urgencia está en disponer de fondos de ayuda para las comunidades desplazadas a causa de la subida del nivel del mar, que permitan asegurar sus medios de vida. Sin embargo, como señala la OCDE en un reciente informe, muchos de los fondos liberados en la lucha contra el cambio climático se destinan a la mitigación y a financiar nuevas fuentes de energía. Y si bien la mitigación es crucial, la experiencia de muchas Cáritas constata que son escasos los fondos destinados a las personas que más sufren los efectos del calentamiento global.

Temas en la agenda de la delegación de Cáritas

En las sesiones de trabajo de ayer y hoy, la delegación de Cáritas en la COP21 está poniendo el énfasis en algo que ya se había señalado en el foro de debate del pasado, lunes: asegurar un enfoque transversal de derechos humanos en todo el articulado del acuerdo final desde la mitigación, hasta la adaptación. Tanto Cáritas Española, en sus contactos con la delegación oficial del Gobierno de España, como la delegación internacional a través de sus contactos bilaterales con los negociadores, están luchando para que este tema no quede diluido, lo que, en suma, dificultaría la petición de responsabilidades a las partes firmantes.

En cuanto a asegurar que los fondos de financiación para la adaptación vayan dirigidos a las personas más afectadas por el cambio climático, todo indica que se quiere favorecer la financiación de infraestructuras para mejorar la adaptación. Cáritas está insistiendo en la importancia de que estos fondos vayan también dirigidos a recuperar y reconstruir la resiliencia y los medios de vida de las personas más vulnerables ante los efectos.

Con respecto a la seguridad alimentaria, la delegación de Cáritas está incidiendo sobre la necesidad de vincular el cambio climático con la seguridad alimentaria, más allá del aspecto «comercial» (es decir, producción y distribución) que ahora mismo se destaca en el acuerdo. Para ello, se está insistiendo en la oportunidad de aprobar una disposición en el artículo 2 sobre el propio concepto de seguridad alimentaria.