Corregir al que está en error - Alfa y Omega

Corregir al que está en error

Si «el nombre de Dios es Misericordia», como dice el Papa, sus apellidos bien pueden ser los 14 modos que desde hace siglos propone la Iglesia para vivir y practicar el amor de Dios: las obras de misericordia. Estos son testimonios reales de cómo se puede vivir el Año de la Misericordia

José Antonio Méndez
Foto: Miguel Ángel Molina

Al juez de menores Emilio Calatayud se le conoce por sus sentencias ejemplares, como por ejemplo cuando ha condenado a un ladrón de 16 años a aprender a leer, o a otro menor a terminar la Secundaria. Porque aunque su cargo en los juzgados de Granada le brinda la ocasión de castigar impasiblemente al que delinque, Calatayud prefiere apostar por una justicia que «muestre al chaval por qué y en qué se ha equivocado, cuáles son las consecuencias de sus actos, y les dé una oportunidad para enmendarse y para enmendar el daño que han causado».

Según Calatayud, «el 80 % de los menores que yo juzgo no son en rigor delincuentes, sino chicos y chicas que han hecho algo mal por inmadurez y a los que les han pillado. Hay otro 20 % que sí, que obra mal conscientemente, pero la mayoría son carne de cañón». El juez granadino aplica unas pautas que valen para cualquier situación en la que se deba corregir al que yerra: «Para no perder la perspectiva, conviene pensar qué habría hecho yo si hubiese vivido su situación personal, familiar, afectiva… Luego, considerar que no hay nadie que esté absolutamente perdido, sobre todo si es joven. Después, no ahorrarle la verdad: todos los actos tienen consecuencias y obrar mal lleva a un mal camino». Y por último, «escoger la mejor consecuencia para él, de la que pueda extraer la mejor lección, dándole oportunidades para cambiar y sin menospreciarlo como persona». Algo que es más fácil cuando se ve en el que yerra un sujeto de la misericordia de Dios…