Otros miembros - Alfa y Omega

Otros miembros

Redacción
Benedicto XVI, a su llegada a Colonia para la JMJ de 2005

Íñigo de Oriol, presidente de la Fundación Madrid Vivo

La Fundación Madrid Vivo no ha sido un donante mas de la JMJ, sino que ha servido para canalizar una amplia colaboración empresarial española que contribuya al buen fin de la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará del 16 al 21 de agosto en Madrid. La Jornada Mundial ha sido el primer reto que como fundación nos propusimos apoyar, y creo no equivocarme al afirmar que la colaboración con la Iglesia católica es un cauce idóneo para la responsabilidad social corporativa de nuestras empresas, tal y como he podido ir constatando en mis múltiples visitas a los líderes empresariales más significativos de este país, a los que quiero agradecerles el esfuerzo y entusiasmo demostrado a la hora de sumar esfuerzos, en este gran evento cultural, social y espiritual, que supondrá una gran fiesta para nuestro país, poniéndonos en el foco de atención internacional y generando una enorme expectativa, que sin duda dará múltiples frutos, también en el orden de reactivación económica y de imagen de país.

Quiero destacar también la audiencia que Su Santidad Benedicto XVI concedió, en Roma, al Patronato de la Fundación Madrid Vivo. Allí el Papa destacó que la fundación desempeña y desempeñará un papel importante, de presente y de futuro, reclamando un espacio público en la sociedad en el que la cooperación pública con la Iglesia católica sea siempre un derecho, un espacio de libertad que todos debemos proteger.

Hemos querido entre todos, en definitiva, crear una oportunidad para que el interés social de nuestras empresas se extienda mas allá de los tradicionales campos y encuentre nuevas formas de actuación que trascienda lo material y alcance el mundo de los valores y de las creencias de nuestros ciudadanos.

* * * * * * *

Cauce para la sociedad civil

José Luis Antoñanzas, patrono de la Fundación Madrid Vivo

Como patrono de la fundación, entiendo que ésta es un cauce idóneo para canalizar la expresión de la sociedad civil, apoyando a la Iglesia católica y a la diócesis de Madrid en proyectos de carácter social, cultural y educativo.

La Iglesia católica es hoy, y muy especialmente en el contexto de grave crisis económica y de valores en el que nos encontramos, un referente de solidaridad con los más necesitados como podemos ver cada día a través de la extensa red de instituciones de la Iglesia que apoyan de diferentes formas a paliar el sufrimiento de los más débiles de nuestra sociedad; también en el orden espiritual y de valores, más allá de las creencias particulares de cada cual, supone un faro de luz en un mundo cada vez más descreído y desilusionado. Por todo esto, el proyecto de la fundación es, no sólo novedoso, sino muy necesario; la primera iniciativa que hemos apoyado, la Jornada Mundial de la Juventud, será sin duda una enorme manifestación de alegría positiva, dirigida y protagonizada por el futuro de la sociedad: nuestros jóvenes; y con una gran propuesta, la regeneración personal que debe ser la base para cimentar una auténtica y sostenida recuperación colectiva.

* * * * * * *

Cristo es noticia de primera plana

Julio Ariza Irigoyen, presidente del Grupo Intereconomía

Cuando nuestro cometido consiste en contar y comentar lo que pasa, cuando nuestro sector de actividad es ese fascinante y confuso reino de la contingencia —la actualidad—, es difícil no establecer comparaciones. En meses pasados, cientos de miles de jóvenes ocuparon el espacio público de las ciudades españolas; a partir de estos días, de nuevo miles de jóvenes llenarán las plazas con sus propias reivindicaciones. Y aquí termina el paralelismo y empieza el contraste. Los primeros se llamaban a sí mismos indignados; los segundos podrían llamarse, si se me permite el neologismo, dignados o reivindicadores de la dignidad humana. Los primeros buscan, desorientados, presentando como novedad mensajes que ya eran caducos, inanes e indefensibles el pasado siglo; los segundos han encontrado una fuente inagotable de novedad y verdad, que es lo que hace al hombre auténticamente libre, por encima de cualquier sistema político. Los primeros, movidos confusamente por lo que el cardenal Antonio María Rouco denominó problemas del alma, sólo pueden proponer soluciones materiales; los segundos apuntan a un Encuentro que, si en lo personal salva y da sentido, en lo social ha llevado a la búsqueda infatigable de la justicia y la dignificación del hombre. Y si los primeros, en fin, carecen de liderazgo y son fácil presa de grupos de poder que tratan —con aparente éxito— de manipularlos, los segundos se reunirán con su capitán, el Vicario y representante de Cristo o, por decirlo en las audaces palabras de santa Catalina de Siena, el dulce Cristo en la tierra.

Pocas pruebas tan tangibles de la Providencia hemos podido gozar como el hecho de que al fecundísimo papado del Beato Juan Pablo II, ese gigante en la Historia, le haya seguido el de su mano derecha, amigo y cómplice en tan magna empresa, tan continuador como sucesor. Desde el primer momento, Benedicto XVI se mostró padre, y tan alejado de la imagen difundida por los medios anticristianos de Gran inquisidor intransigente y rígido. Su primera encíclica —cuyo mensaje central no ha dejado de anunciar en cada comparecencia o acto—, Dios es caridad, confundió a sus críticos y confirmó a los católicos en una noticia que ha conformado nuestra cultura durante siglos y ha cambiado el mundo para siempre. El profeta Chesterton, de cuya muerte acaba de cumplirse el 75 aniversario, defendía su uso y abuso de la paradoja alegando que su filosofía de vida, el Evangelio, era un cúmulo de paradojas. Así, el Papa que recibirán los jóvenes en agosto viene en nombre de una novedad eterna y perpetuamente joven. Porque Cristo no es arqueología, sino siempre noticia de primera plana. ¡Bienvenido, Santo Padre!

* * * * * * *

El más comprometido

Catalina Luca de Tena, presidenta editora del diario ABC

ABC publicaba, en 1915, una entrevista en Roma con Benedicto XV, que había pasado gran parte de su vida en Madrid:

—«Hice muy buenos amigos en España. ¿Qué dirán ahora? ¡Cuánto ha subido aquel chico! Siempre me hizo mucha gracia esa frase…», le dice a Juan José Cadenas, su entrevistador.

Benedicto XV es el otro punto de apoyo del puente que salva la gran crisis espiritual de Europa, que va de la desesperación de la Primera Guerra Mundial a la triste apoteosis del relativismo en nuestros días. Benedicto XVI, cuya primera encíclica se llama Deus caritas est, viene a ser, por otros medios, la continuación de Benedicto XV, que centró su magisterio en la fuerza de la caridad.

Me parece una bendición para España la visita a Madrid, en estos momentos tan difíciles, del Papa más comprometido con la defensa cultural de Europa, que es la defensa de la cristiandad.