«Han ridiculizado lo más sagrado para un católico» - Alfa y Omega

«Han ridiculizado lo más sagrado para un católico»

Monseñor Francisco Pérez ha convocado para este miércoles dos Misas de desagravio tras el robo de formas consagradas para una exposición en la capital navarra, una en la catedral de Pamplona y otra en la de Tutela. Las hostias consagradas –dice el arzobispo en entrevista a Alfa y Omega–, al parecer han sido retiradas de la exposición y llevadas a una parroquia. El local de la muestra pertenece al Arzobispado y fue cedido al Ayuntamiento

José Calderero de Aldecoa

«Es un sacrilegio blasfemo. Ha depreciado, devaluado y ridiculizado la Eucaristía, que es la presencia real de Jesucristo en la sagrada forma y lo más sagrado para un católico». Así ha definido monseñor Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona, la exposición en la que Abel Azcona habría utilizado 242 formas consagradas, supuestamente robadas de distintas iglesias de Navarra y Madrid, para formar en el suelo la palabra «Pederastia».

Y ante un acto de ofensa, un acto de amor. Monseñor Francisco Pérez ha convocado dos Eucaristías de desagravio. Ambas se celebrarán el mismo día, a la misma hora. Una tendrá lugar en la catedral de Pamplona, y será presidida por el propio arzobispo, y la otra tendrá lugar en la catedral de Tudela, y la celebrará el obispo auxiliar, monseñor Juan Antonio Aznárez Cobo. El día elegido es el próximo miércoles 25 de noviembre a las 19 horas.

Pero además de una ofensa que «hiere los sentimientos profundos de los creyentes», el arzobispo de Pamplona lo considera «un acto delictivo», y por ello ha presentado ante el juzgado «una querella criminal». «Tenemos derecho de acudir a la justicia civil —ha dicho monseñor Pérez a Alfa y Omega— ante un acto tan sacrílego que lesiona y ridiculiza nuestro modo de vida».

El local es del Arzobispado

La exposición sacrílega se inauguró este viernes en la Sala de Exposiciones de la plaza Serapio Esparza de Pamplona, un local propiedad del Arzobispado que en los años 90 fue cedido al Ayuntamiento de Pamplona. En las condiciones de aquel acuerdo de cesión, que ahora se están revisando desde el arzobispado, se establecía, según monseñor Pérez, que «debía ser un centro cultural y que no debía albergar exposiciones o manifestaciones que mancharan o desdijeran de un ámbito que siempre había sido religioso».

Al parecer las hostias consagradas ya no están en el suelo de la sala de exposiciones. «Alguien, al ver este acto infame, consideró oportuno llevar la reserva del Santísimo a una parroquia», explica el arzobispo, que además ha remitido una carta al Ayuntamiento de Pamplona «para que retiren esta exposición que tiene estas connotaciones sacrílegas que van en contra de nuestra fe».