Cartas a la redacción - Alfa y Omega

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Sexualidad y amor

Vivimos en una sociedad en la que el sexo lo invade todo: medios de comunicación, publicidad, dibujos animados, etc. Los adolescentes son bombardeados por el componente sexual en todos los ambientes y, lo que es más grave, incluso nuestros políticos intentan adoctrinarlos en prácticas éticamente impresentables.

Las estadísticas nos muestran que los adolescentes y jóvenes se inician cada vez más tempranamente en la práctica sexual. El «casi todos lo hacen» no debe convertirse en norma; hay que ir contracorriente, aunque no esté de moda. A los adolescentes tenemos que hacerles llegar nítidamente el mensaje de que hay placeres que pueden ser peligrosos, y deben evitarse con firmeza, sin miedo a la masa borreguil. Es la única manera de que lleven responsablemente las riendas de su vida, sin dejarse arrastrar por el hedonismo ni por las instituciones que lo promocionan con gran ahínco y poca vergüenza. Aunque ustedes incluyan zafiedad en la educación de nuestros hijos, al mismo tiempo que eliminan de los planes de estudios las asignaturas que favorecen el pensamiento crítico y el discernimiento, los padres estaremos vigilantes para que no adoctrinen a nuestros hijos y no nos usurpen nuestra misión.

Carolina Crespo
Vigo

Practica la justicia

Cáritas Española está distribuyendo su Memoria 2014. Como siempre es un placer constatar que está hecha «con la esperanza en un mundo más justo». Las cuentas claras, sencillas y honradas hacen amigos por doquier. Números y conceptos son la precisión de un trabajo bien hecho para los demás. Dedica la Memoria Cáritas una página a desgranar sus Gracias a todos, que las remata con su eslogan que encabeza esta nota: Practica la justicia.

Ginés Alcaraz
Madrid

Cuerpo y alma

Cuando morimos (muere solo el cuerpo, el alma nunca), al cuerpo lo entierran o meten en un nicho. Y si preguntas a un allegado dónde está el difunto, te contesta que «en el cielo». Es en verdad curioso, pero esta respuesta la dan incluso personas poco creyentes. Será que cuando la cosa es seria, instintivamente tendemos a reaccionar con seriedad, que con las cosas serias no se juega. Si el alma es lo que importa, ¡qué empeño ponemos en cuidar el envoltorio! Aunque esto solo ocurre en los países avanzados.

Cuentan los misioneros que evangelizan en países lejanos y paupérrimos, donde sus habitantes carecen de todo, que la gente siempre está contenta y comparten lo poco que tienen. Justo al contrario que aquí, donde compartimos poco o nada y nos miramos de reojo.

Javier Palau
Benicarló (Castellón)