12,4 millones de personas necesitan ayuda urgente - Alfa y Omega

12,4 millones de personas necesitan ayuda urgente

Cristina Sánchez Aguilar

A pesar de que 2.500 personas llegan cada día a los campos de refugiados de Etiopía y Kenia -donde se están estableciendo ampliaciones para poder acoger a todos los refugiados-, todavía quedan muchos en Somalia. Son los más pobres, los que no tienen ninguna posibilidad de huir. «Especialmente son mujeres, niños y ancianos. Se quedan para vivir o morir», cuenta un testimonio anónimo -por motivos de seguridad-, enviado a Manos Unidas desde Mogadiscio. «La mayor parte del ganado ha muerto de hambre y sed. Los pozos se están secando, y también los ríos», continúa.

La Subsecretaria General de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, alertó, al comienzo de esta semana, de que la crisis en el Cuerno de África empeora, y existe riesgo de que el estado de hambruna establecido en dos regiones de Somalia se amplíe a otras cinco o seis más, «a menos que se produzca un incremento masivo en la respuesta internacional». En Kenia, Etiopía, Somalia y Yibuti hay 12,4 millones de personas con una extrema necesidad de ayuda. Ahora, la prioridad es enviar auxilio inmediato a quienes mueren de hambre. Lo recordó, de nuevo, Benedicto XVI en el ángelus de este domingo, en el que hizo alusión al Evangelio de la multiplicación de los panes y los peces: «El Señor nos ofrece un ejemplo elocuente de su compasión hacia la gente. Hace pensar en tantos hermanos y hermanas que en estos días, en el Cuerno de África, sufren las dramáticas consecuencias de la carestía, agravadas por la guerra y por la falta de instituciones sólidas».

Aunque la sequía sólo es la gota que colma el vaso: «La guerra lleva años aniquilando este país e impide cualquier forma de progreso», continúa el testimonio de Mogadiscio. Somalia está en crisis desde 2006, año en que estalló el conflicto entre el Gobierno y la facción extremista islámica de Al-Shabab, que recrudeció la violencia y bloqueó la ayuda de ONGs y organismos internacionales. Pero la situación es tan dramática que, el pasado 20 de julio, Al-Shabab abrió las fronteras a la ayuda internacional, aunque son ellos los que se encargan de distribuirla.

Estos años de bloqueo de ayuda internacional han provocado muertes y malnutrición en una población ya sin fuerzas: «Están agotados, y aunque intentan salir del país para salvar sus vidas, no siempre consiguen llegar a su destino», explica el testimonio anónimo. «Las madres emprenden marchas de cientos de kilómetros con sus hijos, pero no se sostienen. Una madre venía a Mogadiscio con sus cinco hijos: llegó sólo con el pequeño, a quien amamantaba. Los otros se quedaron en el camino», afirma. Manos Unidas ya ha enviado a Kenia, Somalia y Etiopía la primera partida de 160.700 euros. Por su parte, Cáritas Somalia está trabajando con los socios locales para ayudar a las familias desplazadas mediante el envío de alimentos, medicinas y tiendas de campaña.

La Unión Africana celebrará, el próximo 10 de agosto, una cumbre de donantes para comprometerse con la crisis humanitaria. El objetivo es buscar una solución inmediata, pero también duradera, «para que podamos desarrollar suficientes mecanismos para acabar con la sequía y la hambruna, y no sólo salvar vidas», ha declarado su Vicepresidente, Erastus Mwencha.