Música y teatro con sabor español - Alfa y Omega

Música y teatro con sabor español

Del 16 al 18 de agosto, la JMJ ofrece a los peregrinos diversos espectáculos de música, danza y teatro, una pequeña muestra del patrimonio artístico español, que incluirá desde un espectáculo flamenco, a un concierto de música popular española, o incluso un auto sacramental de Calderón

Juan Ignacio Merino
Grupo En ti, de música y danza flamenca. En el centro, su director, Luis Ortega

El flamenco y el misterio cristiano
En ti. Templo de Debod. Paseo Pintor Rosales, 2. 17 de agosto, 21:30 horas.

Uno de los actos culturales que podrán disfrutar los peregrinos de la JMJ es el espectáculo flamenco de música y danza En ti. Muchos visitantes tienen un interés especial por el flamenco. Pensando en ellos, el próximo 17 de agosto se ofrece al aire libre, en un marco privilegiado, el Templo de Debod, un espectáculo que no sólo muestra la pureza de esta música española, sino que la acompaña de una actuación que se sustenta en la encarnación, pasión y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

El proyecto está dirigido por Luis Ortega, asesorado por el sacerdote Emilio Pérez.

A través de diversos palos del flamenco, se hará vibrar a los espectadores, no sólo por la catarsis implícita en el flamenco, sino también por el gran misterio que representa.

El alma de la música española
Suspiros de España. Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Calle Jorge Juan, 99. 17 de agosto, 18 horas

Integrantes del conjunto musical que interpretará el concierto Suspiros de España, en el Palacio de los Deportes

Otra de las propuestas culturales de la JMJ es el concierto Suspiros de España, en el Palacio de los Deportes de Madrid, con música popular española, interpretada por un grupo de músicos que, desde hace quince años, colaboran en distintos proyectos y que han editado en Italia, en 2009, el CD Mi tierra. Amor y canto. El conjunto musical está liderado por tres músicos: la cantante Manoli Ramírez y dos guitarristas, aunque, para esta ocasión, cuentan con la colaboración adicional de otros músicos: contrabajo, flauta travesera, acordeón y coros.

El repertorio preparado para este espectáculo consistirá en canciones populares de distintas zonas de España. La selección abarca desde la copla hasta las sevillanas, canciones populares gallegas, catalanas o vascas, el pasodoble y la jota, y, por supuesto, el castizo chotis.

Se propone un viaje musical, en el que los jóvenes de todos los rincones del mundo comprobarán cómo el canto popular muestra las profundas raíces cristianas de la cultura española, a través de canciones que cantan a la tierra, a la juventud, al dolor, al trabajo o a la Virgen María. «Es imposible hablar de las tradiciones vivas de España hoy, sin ver en ellas la huella de la experiencia cristiana que hay detrás», afirma Rafael Andreo, guitarrista del conjunto.

Un auto-sacramental de Calderón
Auto-sacramental El Año Santo en Madrid, de Pedro Calderón de la Barca. Teatros del Canal-Sala Roja. Calle Cea Bermúdez, 1. Del 16 al 18 de agosto, 22 horas

Un momento de la representación del auto-sacramental El Año Santo en Madrid

Durante tres días consecutivos, la JMJ de Madrid 2011 ofrecerá la representación del auto-sacramental El Año Santo en Madrid, de Pedro Calderón de la Barca, en los Teatros del Canal. La compañía teatral Delabarca dará vida a los personajes alegóricos que muestran al hombre como cortesano en este mundo, y que lucha por vivir en gracia huyendo del pecado. Este auto se considera la segunda parte de El Año Santo de Roma, en el que Calderón dramatiza la Indulgencia del Jubileo del Año Santo promulgado en 1650 y extendido a Madrid en 1652.

El hombre, tras experimentar la gracia como peregrino a Roma, cambia el traje de peregrino por el de cortesano, sorteando las insidias de los pecados, sobre todo de la lujuria y la soberbia, en medio del teatro del mundo, donde el hombre, con su albedrío, se encontrarán con la Gracia y la Iglesia, que luchan para que alcance los beneficios del Año Santo.

Este auto-sacramental no se había representado desde hacía 400 años. La compañía Delabarca, bajo la adaptación y dirección de Nuria Alkorta, recuperó esta pieza estrenándola en 2009 en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, y ahora, con ocasión de la JMJ, vuelve a representar esta obra con enorme capacidad de conmover, hacer reflexionar y entretener.

El flamenco y los misterios de la fe

El asesor del Departamento de Cultura y capellán de la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense, don Emilio Pérez, pidió la dirección y la coreografía del proyecto artístico En ti a Luis Ortega, que no sólo accedió a la petición, sino que implicó, además, a un numeroso grupo de artistas. El sacerdote explica, en estas líneas, por qué el flamenco es un instrumento privilegiado para transmitir los misterios de la fe:

Uno de los deseos del Santo Padre es que la sede que acoge la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud pueda dar a conocer cómo la fe se ha convertido en cultura, mostrando los rasgos característicos de las personas y de la historia de esa ciudad, de ese país. En el discurso pronunciado por Benedicto XVI a los 250 artistas, a los que recibió en la Capilla Sixtina el 21 de noviembre de 2009, expresó el deseo de una colaboración estrecha con ellos, para responder a la mayor necesidad del hombre, que es la belleza, no una belleza superficial, sino belleza verdadera y buena.

Éste es el origen de esta propuesta que presentamos. De aquí nació la petición, primero al Comité Organizador Local y, luego, a los artistas, de poder ofrecer a los peregrinos de todo el mundo (y a través de los medios de comunicación, al mundo entero), los misterios principales de la fe: Anunciación, Pasión y Muerte, y Resurrección, a través de la música, del canto, la danza española y el flamenco.

El flamenco, su música, su canto y su danza, como toda cultura étnica, nace del pueblo, crece y evoluciona por y para el pueblo. No entiende de fronteras ni de límites humanos, ni de lenguas ni de razas. Por eso, y por su versatilidad para fusionar con otras culturas, hemos escogido su lenguaje, su filosofía, su universo, para mostrar la experiencia humana que late en el corazón de todos los hombres, y que Jesús de Nazaret ha venido a aclarar, a educar y a salvar.

A través de las tres escenas: Anunciación, Pasión y Resurrección, pasando por diferentes palos del Flamenco (Zambra, Tangos, Farruca, Solea, Martinete, Seguiriya, Bulerías, Jaleos, Alegrías…), viajaremos a otros tiempos sin tiempo, a músicas en silencio, e intentaremos llegar al lugar donde podamos abrazarlo, homenajearlo y aprender -con el máximo respeto y pudor posible- de su Encarnación, de su Pasión y de su Victoria.

El Ayuntamiento de Madrid nos ha cedido uno de los lugares más emblemáticos y bellos de Madrid, el Templo de Debod, para la realización En ti.

Emilio Pérez

Teatro para la fe

Los auto-sacramentales han servido de ayuda a la fe y al combate cristiano.

El teatro y lo sagrado siempre han estado ligados. Ya desde los inicios, el teatro surge en los ritos atenienses, en honor a Baco, en el siglo VI a.C. De igual manera, en los orígenes de la dramaturgia española, las piezas a representar se consideraban actos litúrgicos que se celebraban dentro de los templos, o en los atrios, y siempre en el marco de una fiesta cristiana importante.

El primer vestigio teatral en castellano es el Auto de los Reyes Magos, un texto incompleto del siglo XII. Así comienzan en la Edad Media a surgir pequeños artificios de un acto que escenificaban pasajes bíblicos, vidas de santos, o relatos sobre las fiestas cristianas que servían como entretenimiento y catequesis.

Hay que esperar al Siglo de Oro para ver los auto-sacramentales en todo su esplendor, éxito alcanzado gracias a Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), quien ensalzó este género dramático con una prolífica producción. A través de personajes alegóricos y situaciones cotidianas, los espectadores que acudían a las corralas se aproximaban a las concepciones teológicas más profundas y comprendían la importancia de los misterios de Cristo, de los sacramentos y de las solemnidades como el Corpus Christi.

En el año 1765, el Gobierno ilustrado de Carlos III prohibió la representación de estos dramas en los escenarios, con el argumento de que eran lugares impropios para lo sagrado. Desde entonces, los autos han dejado de formar parte de la celebración del Corpus en Madrid. Aún así, muchos de los autos de Calderón son obras imperecederas que se han convertido en la base dramática de destacados autores posteriores.

J. I. M.

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