«El mundo no se entiende sin la religión» - Alfa y Omega

«El mundo no se entiende sin la religión»

Ricardo Benjumea
Intervención del embajador Álvaro Albacete en la reunión del Club de Madrid. Foto: Kaiciid

Álvaro Albacete reconoce que es un diplomático con una trayectoria atípica. Tras cuatro años como embajador en misión especial para las Relaciones con las Comunidades y Organizaciones Judías, en agosto fue destinado a Viena como secretario general adjunto del Centro para el Diálogo Interreligioso e Intercultural Rey Abdullah Bin Abdulaziz (Kaiciid, por sus siglas en inglés), organización intergubernamental sufragada por Arabia Saudí, de la que también forman parte España y Austria, con la Santa Sede –representada por el sacerdote español Miguel Ayuso– como miembro observador. Su carrera le ha permitido a Albacete «entrar en contacto y valorar otras religiones» absolutamente desconocidas hasta entonces para él, ya que en España –lamenta– «no se enseña lo suficiente en la escuela sobre ellas».

Desde su nueva responsabilidad en el Kaiciid, este diplomático español promueve «la implicación de los líderes religiosos en la prevención y la resolución de conflictos» en todo el mundo. «El Centro para el Diálogo Interreligioso ofrece una plataforma para el encuentro» y «da voz a los principales líderes de cada religión, que son personas de paz». «Deslegitimar la instrumentalización de la religión para la violencia que hacen determinados grupos» es uno de los principales retos del Kaiciid. Un problema añadido es que «los mensajes de odio se difunden mucho más rápidamente que los positivos. Las voces extremistas son amplificadas por los medios de comunicación, aunque no sean representativas de cada comunidad». Esa dinámica ha generado «estereotipos negativos» en la opinión pública, especialmente en lo que respecta al islam, una imagen –enfatiza– «que en absoluto responde a la realidad».

Álvaro Albacete habla también por propia experiencia cuando lamenta la incultura religiosa entre los diplomáticos. «Para ocho de cada diez habitantes del planeta la religión es algo central en sus vidas», argumenta. «El mundo no se entiende sin la religión. Uno no puede, por ejemplo, llegar a Oriente Próximo sin conocer las grandes religiones».

Prueba, no obstante, de que empieza a producirse un cambio ha sido la participación del Kaiciid la semana pasada en la reunión del Club de Madrid, que reunió en la capital de España a 40 ex jefes de Estado y de Gobierno junto a unos 200 expertos para debatir sobre el extremismo violento. El Kaiciid organizó dos talleres para presentar diversas iniciativas interreligiosas por la paz en África y Oriente Medio, y así contribuyó a que el fanatismo no monopolizara las discusiones sobre la religión en el Club de Madrid.

El Centro del Diálogo fue fundado en 2012, aunque sus antecedentes se remontan a 2007, cuando Benedicto XVI recibió en el Vaticano al entonces rey Abdulá de Arabia Saudí. Lo que iba a ser un foro de diálogo entre cristianos y musulmanes, se amplió para dar cabida a representantes judíos, hindúes y budistas.