«Quiero que las personas sin hogar sepan que pueden pedir ayuda» - Alfa y Omega

«Quiero que las personas sin hogar sepan que pueden pedir ayuda»

Cáritas Española ha cerrado su campaña quinquenal Nadie Sin Hogar con un Encuentro Estatal en el que la mitad de los participantes eran personas sin hogar en proceso de recuperación

María Martínez López
Foto: Juan Flores

José Luis tenía 53 años cuando se quedó en paro. «Si encontrar trabajo es difícil, más aún a esa edad. En las entrevistas me decían que buscaban a alguien joven. Te lo dicen a la cara y te hundes». Pasaron tres años, y se le acabaron las ayudas. Su casera le denunció para que lo desahuciaran. «Me fui antes de que llegara la Policía. Mi pareja se pudo ir con su familia, pero yo me quedaba en la calle».

Afortunadamente, este vecino de Burgos tuvo una puerta a la que llamar: «Sabía que Cáritas tenía un albergue para personas sin hogar». Durante siete meses, Cáritas «no solo me ha dado un sitio donde comer, dormir y ducharme; sino que he empezado a rehacer mi vida».

Lo que más le ha ayudado ha sido «el acompañamiento, el sentirme protegido. La gente de Cáritas te señala el camino, te aconseja». Desde el principio, José Luis ha intentado mostrar su agradecimiento: «Ayudaba con la limpieza, hacía café para los demás… Intentaba devolver todo lo que me han dado».

José Luis, durante el encuentro de Cáritas. Foto: Cáritas

«He vuelto a sentirme persona»

El 1 de octubre fue un día muy especial: José Luis volvió a trabajar. «Me han contratado en Cáritas a media jornada, atendiendo el albergue para personas que están en la calle. Ha sido maravilloso» pasar de ser beneficiario de Cáritas a ganarse la vida ayudando a otros, subraya. Gracias a ello ha podido alquilarse un piso y ahora vuelve a tener casa propia.

Al mirar atrás, describe los últimos meses como un momento extremadamente duro, pero que le ha servido para aprender. Gracias a que otros han creído en él, «he vuelto a sentirme persona, a darme cuenta de que valgo para algo», cuenta.

Protagonistas de su mejora

José Luis participó los días 22 y 23 de octubre en el Encuentro Estatal de Personas Sin Hogar que se celebró en Los Negrales (Madrid), organizado por Cáritas, en colaboración con otras entidades que trabajan en este ámbito, FACIAM, fePsh, BesteBi y XAPSLL. La mitad de los 140 participantes eran personas sin hogar en proceso de recuperación. Es una experiencia pionera, pero que viene de lejos: «Llevamos mucho tiempo intentando incorporar a las personas sin hogar en los proyectos para que no sean solo receptores sino partícipes de su propio proceso de mejora –explica Enrique Domínguez, responsable del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Española–. Hasta ahora se había hecho con pequeñas experiencias a nivel diocesano en Bilbao, Ciudad Real, Madrid… Ahora nos parecía importante que a nivel estatal las personas sin hogar pudieran participar en igualdad de condiciones» junto a los técnicos y voluntarios. «Queríamos que nos dijeran qué les sirve y qué no», además de «compartir experiencias y pasar un tiempo juntos. Juntos somos más».

Para José Luis, «ha sido un lujazo poder compartir esos días con otras personas, profesionales y los que no lo somos; escucharnos y agradecer lo que hacen por nosotros». Cuando le ofrecieron participar, «sentí que debía venir, porque sé lo que ha hecho Cáritas por mí, y quiero que la gente sepa que siempre hay alguien que te puede echar una mano». Lo que le ha parecido más positivo es «liberarme de lo que llevaba dentro, poder decir que he estado en esta situación y no tener que callármelo» por miedo a la incomprensión. Ese silencio «te va hundiendo por dentro», y puede acabar ocurriéndote «lo que les pasa a muchos que están en la calle: que no quieren saber nada de nadie porque están hastiados».

Una voluntaria de Cáritas atiende a una mujer sin hogar en Córdoba. Foto: Roldán Serrano

Propuesta de futuro

El balance positivo es unánime. «Se ha reconocido que este espacio de participación ha sido un hito –subraya Domínguez–. Es muy significativo tener un lugar donde encontrarse de igual a igual. Decían: “Aquí no sabemos quiénes son personas sin hogar, quiénes técnicos y quiénes voluntarios”. También les ha gustado valorar nuestras formas de trabajo. Nos han pedido espacios de participación más abiertos, estar más implicados en la campaña anual sobre sinhogarismo, y que dicha campaña tenga más incidencia política»; por ejemplo, exigiendo a la Administración más viviendas sociales. «Han insistido en que la vivienda es un derecho, no un regalo». Otra sugerencia fue «hacer más acciones de sensibilización en colegios».

Durante las próximas semanas, con las conclusiones del encuentro se elaborará un manifiesto que se leerá en noviembre con motivo de la campaña anual. Las aportaciones de las personas sin hogar se incorporarán también a futuras campañas.

Esta iniciativa va a tener continuidad. «Queremos repetir el encuentro en el futuro, quizá cada dos años», apunta el responsable nacional del programa. Mientras, «vamos a intentar que las Cáritas diocesanas formen grupos de trabajo plurales. Muchas eran reticentes, pero ahora se han animado».

Tarea de todos

El momento para impulsar esta forma de trabajo era muy apropiado, ya que este año termina el quinquenio de sensibilización de la campaña Nadie Sin Hogar para 2010-2015. «Queríamos recordar que haya alguien sin hogar es una vulneración de derechos que no podemos consentir. Hemos hecho hincapié en la dificultad para acceder a determinados derechos, como la salud o la atención social. Se han dado pasos importantes. Uno de ellos ha sido la elaboración de una Estrategia Nacional Integral de Personas Sin Hogar, pendiente de aprobación en el Consejo de Ministros. Hasta ahora no había nada así, aunque nos lo pedían desde Europa, y es un impulso necesario para reconocer a estas personas, que normalmente son invisibles. También hay más sensibilidad en los medios de comunicación. Pero queda mucho por hacer». Las aportaciones del Encuentro Estatal ayudarán a trazar líneas de acción para el futuro. «Que no haya nadie sin hogar es posible –concluye Domínguez–, y lo tenemos que conseguir entre todos».

¿Qué significa «sin hogar»?
  • Entre 30.000 y 40.000 personas carecen de hogar en España. Viven en la calle, o en centros o pisos de acogida. Muchas otras personas habitan viviendas bajo amenaza de desahucio o inadecuadas (infraviviendas o viviendas hacinadas).
  • El 86 % de las personas sin hogar son hombres –aunque cada vez hay más mujeres–, y el 68 % tiene la nacionalidad española. El grueso (ocho de cada 10) pertenece al tramo de edad de entre 30 y 64 años.
  • Desde el estallido de la crisis hasta el año 2012, aumentó el número de personas sin hogar. Entre 2012 y 2014, se ha reducido apenas un 3 %. Los factores que más influyen en que una persona llegue a esta situación son la fractura de las redes y vínculos personales y la falta de acceso a una vivienda adecuada.
  • No tener hogar supone carecer de una dirección y de un espacio personal en el que generar vínculos sociales y familiares. Es también un obstáculo para acceder a derechos básicos cuya tramitación exige estar empadronado, como la Renta Mínima, la atención sanitaria o la educación.