«Las familias deben ser la vanguardia de la evangelización» - Alfa y Omega

«Las familias deben ser la vanguardia de la evangelización»

¿Qué espera la Iglesia de las familias cristianas? Para la Iglesia es absolutamente fundamental el rol de las familias que han tenido una experiencia fuerte de encuentro con el Señor y de vida eclesial…

José Antonio Méndez
El cardenal Camillo Ruini. Foto: CNS

¿Qué espera la Iglesia de las familias cristianas?

Para la Iglesia es absolutamente fundamental el rol de las familias que han tenido una experiencia fuerte de encuentro con el Señor y de vida eclesial, por estar viviendo en un grupo o en una comunidad católica viva o, por ejemplo, después de haber participado en encuentros como un Cursillo de Cristiandad. Hoy es muy necesario dar un testimonio claro, cierto, entusiasta, verdadero, alegre, feliz, de la belleza del matrimonio y de la familia.

¿Por qué?

Porque esa belleza hoy está oscurecida en el mundo contemporáneo. Insisto en que el papel de los laicos en la evangelización es fundamental. Ya el Concilio Vaticano II reclamó a los seglares que animasen cristianamente las realidades terrenas. Son ellos quienes viven en el entorno del trabajo, de la familia, de la sociedad, de la política, del arte…, y por tanto les corresponde a ellos ser levadura y sal de Cristo en estos entornos.

¿Eluden los laicos su responsabilidad, pensando que ese trabajo corresponde a los sacerdotes?

Anunciar y dar testimonio de la fe no solo le toca a los sacerdotes. Los sacerdotes viven dentro del mundo, obviamente, pero no viven la experiencia del laico ni están presentes en esas realidades del mundo, así que son los laicos, las familias, quienes tienen que hacer presente a Cristo. Es una tarea entusiasmante, aunque reconozco que no es fácil.

¿Cómo deben comportarse los laicos ante situaciones como las familias rotas, las parejas que conviven sin estar casadas…?

El primer deber de los seglares y de toda la Iglesia es ser testigos de la belleza de la fe y del encuentro con Jesús, que es misericordia y bondad. Pero también dar testimonio de la verdad del sacramento del matrimonio y de la familia. El papel de los laicos es anunciar y ser testigos, con la palabra y con el modo de vida del encuentro con Jesucristo, que es alegría y libertad. Y ante quienes pasan por esas situaciones, los cristianos también deben testimoniar la verdad del sacramento del matrimonio y de la familia sin rebajas, porque cuando la verdad del matrimonio es descubierta supone una fascinación grandiosa. No debemos olvidar la potencia y la fuerza de la gracia del sacramento, que Dios otorga a los esposos para vivir su vida y superar sus problemas. La Iglesia tiene que animar a los esposos, en mi opinión, a usar de más (si se puede decir así) la fuerza de la gracia del matrimonio, que solo tienen ellos.

¿Qué papel deben jugar las familias cristianas hoy en Europa?

Las familias y los seglares que han descubierto el rostro de Cristo deben ser una vanguardia para la evangelización en Europa, y serlo sin miedo. Europa está muy necesitada de encontrar el rostro del Padre.