Una ayuda para el discernimiento vocacional - Alfa y Omega

Una ayuda para el discernimiento vocacional

Redacción

Tras ver los primeros frutos vocacionales de la JMJ, surge la pregunta: ¿Qué pasa después? ¿Cómo se canaliza todo ese potencial vocacional para que ese impulso inicial llegue a término? Ésta es la tarea del padre Miguel Ángel Turmo, párroco de la madrileña iglesia de San José y responsable del Centro Vocacional del Camino Neocatecumenal de Madrid. Esta iniciación cristiana tiene, en las diócesis donde está implantada, un centro vocacional conducido por un equipo con experiencia vocacional, formado por un responsable sacerdote acompañado de otro presbítero o matrimonio catequista. Este equipo se reúne con los jóvenes tres domingos al mes, ayudando a discernir la llamada al sacerdocio. «Se trata de acompañar y ayudar a los jóvenes en el discernimiento vocacional para que, descubriendo en su vida cuál es la voluntad de Dios, reciban de Él la fuerza para realizarla», afirma.

A través de la profundización en la palabra de Dios, escrutando textos referidos a su llamada, compartiendo la vida y la oración con futuros compañeros en el Seminario Redemptoris Mater de Madrid, con la celebración de la Eucaristía intensamente participada, se crea un espíritu de comunión y de ayuda mutua durante el tiempo de discernimiento. «Las entrevistas personales con el equipo responsable, la vivencia profunda con la propia comunidad donde viven su fe y una intensificación de la oración y los sacramentos, como puerta abierta al encuentro personal con Jesús, complementan esta labor de apoyo y discernimiento», reitera don Miguel Ángel. Y si se vislumbra la autenticidad de la llamada y el joven muestra disponibilidad a formar parte de uno de los 78 Seminarios Redemptoris Mater diseminados por todo el mundo, es enviado a una convivencia internacional de seminaristas, que suele celebrarse a mediados de septiembre en Porto San Giorgio (Italia), donde será enviado a uno de esos 78 seminarios. «Y allá los jóvenes van contentos y esperanzados», afirma el padre Miguel Ángel.