Una mirada al futuro - Alfa y Omega

Una mirada al futuro

María Martínez López
Benedicto XVI, entre la multitud de los jóvenes en Cuatro Vientos, el 21 de agosto de 2011. Foto: CNS

Ya casi no se ven mochilas del peregrino por Madrid. Llega septiembre. La ciudad vuelve a la normalidad. Como testigos de lo que pasó, las pancartas de acogida aún cuelgan de las parroquias. Pero no hay ni tiempo, para la nostalgia. Sí para el recuerdo agradecido. Ha sido un «acontecimiento eclesial emocionante», dijo Benedicto XVI en su Audiencia general de la pasada semana, en la que compartió su vivencia de la JMJ. «Ha sido una estupenda manifestación de fe para España y para el mundo ante todo», añadió el Papa. «Para la multitud de jóvenes, procedentes de todos los rincones de la tierra, ha sido una ocasión especial para reflexionar, dialogar, intercambiarse experiencias positivas y, sobre todo, rezar juntos y renovar el compromiso de arraigar la propia vida en Cristo, Amigo fiel».

Ahora es el momento de dar las gracias. Lo ha hecho esta semana –como recogemos en estas páginas– el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco. Lo hacen muchos obispos, en sus diócesis, en eucaristías de acción de gracias.

Pero Madrid 2011 no pertenece al pasado. «Es muy importante insistir en que, cuando se apagan los reflectores y todo vuelve a la normalidad diaria, es preciso dar un seguimiento a las JMJ en la pastoral ordinaria –escribe en el diario de la Santa Sede, el cardenal Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos–. En los encuentros de Madrid se realizó una siembra grandiosa. Pero ahora llega el tiempo de la cosecha, de las verificaciones: debemos controlar cómo se ha recibido y cultivado en las realidades locales lo que hemos invertido a nivel de Iglesia universal».

También es tiempo de nueva evangelización. «Una nueva etapa en el camino de la Iglesia ha quedado abierta en el ir al encuentro de los jóvenes para ofrecerles la presencia salvadora de Cristo», en «estos difíciles tiempos nuevos –¡los nuestros!–», escribe el cardenal Rouco. «Madrid 2011 –ha escrito también estos días monseñor Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla– es fuente viva de esperanza y acicate firme para seguir anunciando a Jesucristo a los jóvenes sin desfallecimientos, en una pastoral recia que va a las raíces de la vida cristiana. De nosotros depende alimentar ese fulgor», encendido por el Espíritu, «con una pastoral juvenil renovada, que acompaña a los jóvenes en su vida de fe; una pastoral juvenil misionera», que sale a la calle «para buscar a esa otra juventud sin norte y sin esperanza».

Fidelidad a los compromisos

El Papa confía en sus jóvenes. Decía Benedicto XVI, en su balance final de la Jornada, que estaba seguro de que vuelven a casa «con el firme propósito de ser levadura en la masa, llevando la esperanza que nace de la fe. Por mi parte -añadía-, sigo acompañándolos con la oración, para que permanezcan fieles a los compromisos asumidos».

En la próxima JMJ de Río de Janeiro, el Papa centrará la atención en la evangelización, a partir del lema Id y haced discípulos a todos los pueblos. Para la Jornada Mundial de la Juventud del próximo año, que se celebra a nivel diocesano, Benedicto XVI ha elegido un lema que entronca con uno de los signos más característicos de esa juventud del Papa, que con su alegría y entusiasmo ha conquistado el corazón de los madrileños: ¡Estad siempre alegres en el Señor!

Alfa y Omega quiere aportar su granito de arena a esta reflexión post-JMJ que comienza ahora, y ha reunido a varios expertos, que han debatido sobre lo sucedido en Madrid. ¿Y ahora qué?, les preguntamos. A juicio del catedrático Rafael Navarro-Valls, estamos en el comienzo de una revolución silenciosa, de la que surgirá una «minoría creativa, que se expandirá como la sal por todo el mundo, poco a poco». El reto –apunta la Rectora de la Universidad Católica de Ávila–, «es acompañar a todos esos jóvenes». Y lo es también –coinciden nuestros invitados– llegar a los jóvenes alejados, que buscan respuestas, sin que nadie sea capaz de dárselas. La pregunta sigue abierta: ¿cómo?