Muertes evitables, si se quiere - Alfa y Omega

Muertes evitables, si se quiere

La muerte de madres y de niños por problemas relacionados con el embarazo y el parto es una de las tragedias que golpea a los países pobres. Igual que muchos otros problemas en el tercer mundo, éste sería fácil de solucionar con voluntad, y sin necesitar demasiados recursos. Desde los países ricos, sin embargo, se prefiere promover el aborto

María Martínez López

Más del 50 % de las muertes maternas relacionadas con el embarazo y el parto en el mundo se concentra en sólo seis países: India, Nigeria, Pakistán, Afganistán, Etiopía y República Democrática del Congo. Tratar de evitarlas es una de los metas de MaterCare International. Esta entidad agrupa a profesionales católicos en el campo de la ginecología, en el que actúa como agencia de la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC). Del jueves al domingo pasados, MaterCare celebró, en Roma, su VIII Conferencia Internacional.

«En el primer mundo -explica el doctor José María Simón Castellví, Presidente de la FIAMC-, tenemos una gran batalla cultural en contra del aborto. Pero, en el tercer mundo, hay un problemón, que es la falta de atención sanitaria para las madres. Lo que crea problemas no es el tumor rarísimo», o las complicaciones muy difíciles, sino otras, más sencillas y frecuentes: hemorragias, hipertensión, infecciones, etc.; junto a la falta de recursos y de profesionales. La desaparición de mujeres jóvenes, además, daña a toda la comunidad y frena su desarrollo. En realidad, las amenazas a la vida en los países ricos y pobres están relacionadas. Desde el primer mundo, se aprovecha la mortalidad materna para presionar a favor de la legalización del aborto, pues se identifica, erróneamente, aborto legal con aborto seguro, que supuestamente reducirá la mortalidad materna. A su promoción se destinan muchos recursos, mientras la mortalidad se podría reducir hasta en un 75 % con intervenciones tan sencillas como distribuir antibióticos para las infecciones y sulfato de magnesio -muy económico- para la hipertensión, afirmó la ginecóloga estadounidense Donna Harrison. Por otro lado -explicó-, el caso de Chile desvincula la mortalidad materna y la situación legal del aborto: allí, la mortalidad materna se ha reducido significativamente en las últimas décadas, a pesar de que el aborto es totalmente ilegal desde 1989.

Las cuatro Ces del ginecólogo

Los cerca de 200 profesionales que acudieron al encuentro lo comenzaron con un retiro espiritual centrado en Jesucristo como modelo de sanador. La conferencia inaugural corrió a cargo de monseñor Ignacio Carrasco de Paula, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida. El resto del congreso giró en torno a los cuatro pilares básicos (las cuatro Ces) del obstetra católico, según el padre Richard Taylor, asesor espiritual de MaterCare: la convicción en su fe, el servicio a la comunidad humana y a la Iglesia, la competencia profesional y la excelencia moral, y la compasión.

«Hay mucho que hacer por la vida», concluye, tras esta cita, el doctor Simón Castellví. La Federación Europea de Asociaciones de Médicos Católicos -integrante de la FIAMC- está preparando ya un nuevo seminario, que se celebrará en el Parlamento europeo (Bruselas) el próximo 21 de octubre, y que analizará el Sentido o falta de sentido de la fragilidad humana en la sociedad europa contemporánea.

Gratitud al pueblo polaco

La VIII Conferencia Internacional de Ginecólogos Católicos comenzó el mismo día en que el Parlamento polaco rechazó, por un estrecho margen, una ley que pretendía prohibir todos los abortos en ese país. Se trataba de una iniciativa legislativa popular, que había encontrado un gran eco en la sociedad polaca: en dos semanas, había conseguido 600.000 firmas de apoyo, cuando los requisitos legales son 100.000 en tres meses. MaterCare International respondió a la noticia con una declaración en la que mostraba su «gratitud al pueblo polaco que ha apoyado la iniciativa cívica», y también su decepción por el resultado de la votación, que se perdió por un estrecho margen -186 votos a favor y 191 en contra, con cinco abstenciones y la ausencia de 78 diputados-. «La nueva legislación -continúa la declaración- se basaba en el hecho incontrovertible de que la vida humana comienza en la concepción y, como cada una de nuestras propias vidas, merece amor, protección y el derecho a vivir. Habría traído beneficios incalculables para Polonia y su futuro, y probablemente habría preparado el camino para una reforma legislativa similar en otros países europeos».

Palabras… y obras

MaterCare International no sólo denuncia las graves carencias de la atención sanitaria a las embarazadas en los países más pobres, sino que responde con proyectos en favor de ellas y de sus hijos. Dentro de pocos días, por ejemplo, se habrá completado la primera fase de uno de ellos, en la región de Isiolo (Kenia), una de las afectadas por la sequía que asola el Cuerno de África. El proyecto incluye una maternidad con unas 20 camas, cuatro salas de partos y dos quirófanos; varias clínicas -la primera de ellas inaugurada a finales de julio pasado-, ambulancias adaptadas al terreno y un programa para la formación de comadronas dentro de las propias comunidades. MaterCare también estuvo presente en Haití tras el terremoto de enero de 2010. Además de ayudar a evaluar las necesidades de los servicios de maternidad en esa emergencia, aportaron 16 equipos de obstetras, matronas y enfermeras que viajaban a la isla en turnos de dos semanas para ayudar.