El arte de preservar lo bello - Alfa y Omega

El arte de preservar lo bello

Sesenta obras propiedad del coleccionista alemán Hans Rudolf Gerstenmaier permanecen expuestas hasta el 11 de diciembre en el Centro Cultural San Marcos, de Toledo, en la muestra La pintura española de los siglos XIX y XX

Rosa Puga Davila
Los Picos de Europa, de Carlos de Haes (c. 1872)

Hans Rudolf Gerstenmeier es un coleccionista alemán afincado en nuestro país desde hace años. Su colección pictórica abarca desde el siglo XV hasta el XXI, y es una de las colecciones privadas más importantes e interesantes del panorama español y europeo. Sabe buscar lo bello y, guiado por su gusto personal, ha adquirido arte en casas de subastas y anticuarios españoles. Con este gesto, ha rescatado del olvido muchas obras de arte, evitando que pudiesen pasar a formar parte de colecciones privadas fuera de España, y facilitándonos, con ello, el disfrute de las mismas.

Murallas de Ávila, de Aureliano de Beruete y Moret (1909)

La Fundación Caja Castilla-La Mancha, con la colaboración del Banco CCM, ha organizado en Toledo la exposición La pintura española de los siglos XIX y XX en la colección Gerstenmaier. El período que abarca la muestra, hasta principios del siglo XX, es poco conocido. Está caracterizado por la búsqueda, la transición, y el abandono progresivo de lenguajes tradicionales para ingresar en las vanguardias. La invasión napoleónica que vivió España originó una evolución en la mentalidad y en los acontecimientos políticos y sociales, que contribuirán al desarrollo de nuevas condiciones para la vida artística y, con ello, se dio lugar a una de las épocas más fecundas de la historia del arte en España. Sin embargo, los países vecinos vivían movimientos artísticos y un dinamismo mucho mayor al nuestro, debido a lo que el desarrollo industrial y los diversos avances supusieron para la sociedad y el arte. De ello se hicieron eco generaciones de artistas en España (entre los que destacan Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, Manuel Benedicto Vives y Raimundo Madrazo, presentes en esta exposición), que yuxtapondrán naturalismo, realismo, romanticismo, impresionismo y modernismo. Esta evolución será la base de la pintura del siglo XX.

Puente en Tolosa, de Darío de Regoyos y Valdés (1900)

Paisaje…

A comienzos del siglo XIX, encontramos a creadores considerados románticos, y a los pintores neoclásicos, que se acercarán al arte griego y romano tomando como referente al artista francés Jacques Louis David. En la segunda mitad de siglo, los paisajistas dominarán el panorama artístico y vivirán una profunda reestructuración. Aunque el modo de triunfo se impone desde la Real Academia de las Artes de San Fernando, con paisajes intervenidos, que querían mantener la esencia romántica y la influencia de la naturaleza sobre la realidad; poco a poco, la pintura realista se va introduciendo entre las directrices románticas. Se volverán imprescindibles las referencias a pintores neoclásicos como Jacques Louis, o a la figura de Carlos de Haes, que será el primer catedrático de la Academia de las Artes e introducirá innovaciones necesarias. Cabe destacar, del mismo modo, la labor de su discípulo Aureliano Beruete, que acercará su estilo, todavía más, al impresionismo, e influirá en otros creadores españoles como Hermen Anglada Camarasa y Darío de Regoyos. Éstos también frecuentaron París, y se empaparon del espíritu impresionista francés.

Retrato de Isabel Herraud de Fernández Corella, de Joaquín Sorolla (1898)

… y retrato

Los cambios sociales y la consiguiente transformación del pensamiento llevaron al triunfo de los valores individuales. Esta nueva corriente convirtió al retrato en el genero artístico por excelencia, de forma paralela al paisaje. Por otro lado, fue esencial el papel, como nexo entre arte y sociedad, de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, que se fueron desarrollando en toda Europa tras la Revolución Francesa. En España, no aparecerían con un espíritu de modernidad hasta mediados del XIX, el momento en el que la mentalidad está cambiando y se comienzan a aplicar en mayor medida los principios democráticos. En los últimos años del siglo XIX, el mayor peso lo tuvo el modernismo, que también está presente en esta exposición con obras de Isidro Nonell, Joaquín Mir y el paisajista Eliseo Meifrén.

Dibujo (dos mujeres de espaldas), de Isidro Nonell y Monturiol

Gracias al esfuerzo de coleccionistas privados como Gerstenmaier, Fundaciones como Caja Castilla-La Mancha siguen trabajando con el propósito de estar al lado de quienes contribuyen a la calidad y variedad de nuestro patrimonio cultural. La muestra se puede visitar hasta el 11 de diciembre.