Jesucristo es la clave para poder vivir - Alfa y Omega

Jesucristo es la clave para poder vivir

El nuevo obispo de Callao (Perú) es el madrileño José Luis del Palacio, hasta ahora responsable del Camino Neocatecumenal en Perú. Recientemente nombrado por el Papa consultor del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, subraya en esta entrevista a Alfa y Omega la necesidad de que la nueva evangelización no se quede en nombre llamativo pero estéril, y de que la Iglesia transparente los signos de la fe

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El nuevo obispo, tras su ordenación en la catedral de la Almudena.

La primera pregunta es obligada: ¿qué hace un madrileño de obispo en Perú?
Yo llevo ya 36 años en Perú. Fui enviado por el cardenal Tarancón como misionero, para llevar la Iniciación cristiana del Camino Neocatecumenal a 90 parroquias de Perú, en más de 20 diócesis y Vicariatos. De allí surgió, en 1985, el Seminario diocesano Redemptoris Mater, de Callao. Con este nombramiento, dejo la responsabilidad del Camino Neocatecumenal en Perú y me dedicaré por entero a la diócesis, con todos los movimientos, parroquias y realidades eclesiales.

¿Cómo es la diócesis de Callao?
En la diócesis se encuentran el puerto y el aeropuerto de Lima; se trata de una zona muy marcada por el éxodo rural de la sierra a la costa, con un área muy grande de pobreza. Nosotros intentamos ofrecerles a Jesucristo, porque Él es la gasolina para poder vivir, es Quien les da sentido a su vida, a su sufrimiento, a la vejez y la muerte. Es Cristo quien nos ofrece el Espíritu Santo y la Iglesia para afrontar los problemas que tenemos. Y lo que hemos visto es que muchos jóvenes quieren ese Espíritu.

El cardenal Rouco impone las manos en el momento de la consagración episcopal.

Allí hemos llevado la Iniciación cristiana de adultos a muchas parroquias de los suburbios, y han surgido muchas vocaciones a la vida cristiana, con muchos jóvenes que vienen a la Iglesia por el testimonio de las comunidades, y también gracias a la labor de las familias en misión enviadas por Juan Pablo II y Benedicto XVI. Hay muchos jóvenes que sienten la llamada de Dios a la vocación religiosa; y hace seis años se creó un monasterio contemplativo de monjas cistercienses, que a día de hoy está lleno.

También ha sido nombrado consultor del nuevo Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización. Hay muchas esperanzas puestas en esta nueva iniciativa del Papa…
El nuevo Consejo es un dicasterio para evangelizar a las naciones que están un poco cansadas de un cristianismo a veces exterior y rutinario, y la intención es ofrecer la novedad del anuncio de Cristo resucitado, a través de un testimonio vivo como puede ser el de las pequeñas comunidades cristianas, minorías creativas en las que el hombre de hoy pueda ver los signos de la fe. Se trata de hacer ver que es posible el amor en la familia, en la parroquia…

Entonces no se trata de algo que implique sólo a la Curia o a las diócesis. ¿Cómo podemos evangelizar los cristianos de a pie?
Hay que hacer lo que se ha hecho siempre. La nueva evangelización no es un cambio de estructuras. No podemos caer en un nominalismo y conformarnos con un cambio de nombre. Se trata de hacer lo que ha hecho siempre la Iglesia, es decir, recuperar la novedad para la vida de los hombres que traen consigo los signos de la fe.

El nuevo obispo del Callao, monseñor José Luis del Palacio recibió la ordenación episcopal en la catedral de la Almudena, de Madrid, de manos del cardenal Rouco Varela. También estuvieron presentes el cardenal Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, y el cardenal Paul Josef Cordes, Presidente emérito del Consejo Pontificio Cor Unum, así como monseñor Lino Panizza, obispo de Carabayllo y Secretario de la Conferencia Episcopal Peruana, y monseñor Javier del Río, arzobispo de Arequipa.

En su homilía, el cardenal Rouco subrayó que «la Iglesia de Madrid se alegra profundamente al celebrar en nuestra catedral la ordenación episcopal de un sacerdote diocesano, elegido por el Santo Padre para ser obispo de la diócesis de Callao, en Perú». Y, dirigiéndose al nuevo obispo, señaló que «el ministerio que recibes es un honor, al ser una llamada a suceder a los Doce, pero es sobre todo una grave responsabilidad, que nos recuerda cada día la confianza que el Señor ha depositado en nosotros al poner su Iglesia bajo nuestro cuidado». Así, el ministerio del obispo «le urge cada día a entregar su vida por la Iglesia, amándola con el mismo amor de Cristo, porque sólo así podrá presentarse ante Cristo con la conciencia limpia de no haberse servido a sí mismo, sino al rebaño rescatado con la sangre de Cristo».