Son nuestros hermanos - Alfa y Omega

Son nuestros hermanos

La Jornada Mundial de las Migraciones, el próximo domingo, ha encontrado eco en los obispos españoles al comienzo de este nuevo año. Éstas son algunas de sus reflexiones para que esta Jornada no pase sin más ante nosotros:

Redacción
Inmigrantes rezando en la parroquia de San Lorenzo, de Madrid.

+ Cardenal Antonio Mª Rouco Varela, arzobispo de Madrid: Una oportunidad para evangelizar

Desde hace décadas, convivimos, trabajamos y crecemos junto con los inmigrantes, y juntos formamos parte de nuestra sociedad y de nuestra diócesis. No podemos considerar a los inmigrantes como extraños. Como forasteros. Somos muchos los que en nuestra sociedad estamos caminando juntos. Todos estamos llamados a desarrollar una convivencia verdaderamente humana basada en la fraternidad. El Papa Benedicto XVI afirma: «Hemos de ser conscientes de que el actual fenómeno migratorio es también una oportunidad providencial para el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo». Así, con la fuerza que brota del Evangelio, se hace realidad esa convivencia profundamente humana, pacífica, solidaria y enriquecedora que todo corazón humano desea desde lo más hondo de su ser. Necesitamos derribar las barreras de la desconfianza, de los prejuicios y de los miedos que, por desgracia, existen, y debemos rechazar la discriminación o exclusión de cualquier persona. Es preciso que los cristianos, los lugareños y los inmigrantes, no tengamos ningún miedo a vivirlo todo desde la fe.

+ Vicente Jiménez Zamora, obispo de Santander: Al encuentro de nuestros hermanos

La cuestión de los emigrantes no es sólo problema de acogida y solidaridad. Es también una oportunidad providencial para renovar el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo, como dice el Papa. Es una llamada a los cristianos para no permanecer cerrados en nuestras comunidades parroquiales o casas religiosas, sino para salir al encuentro y abrir puertas, leyendo en el rostro de nuestros hermanos inmigrantes sus dolores y esperanzas.

La Comisión episcopal de Migraciones y el Mensaje del Papa para esta Jornada nos proponen unas pistas para la evangelización del mundo de las migraciones:

—Crear espacios y comunidades promotoras de acogida, solidaridad, diálogo y comunión fraterna.

—Fortalecer el acompañamiento de personas y grupos: es importante fomentar el valor de la familia, especialmente en el campo de la educación, como elemento imprescindible de cohesión social.

—Instar a los poderes públicos a establecer leyes justas en el país de acogida, acompañadas de políticas de desarrollo en el país de origen; y crear en la opinión pública un clima favorable que acabe con el racismo y la xenofobia.

–Potenciar la pastoral juvenil con los inmigrantes, recogiendo el encargo del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud, en cuya Eucaristía final recibimos el encargo de comunicar a los demás la alegría de nuestra fe.

+ Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos: ¿Encontrarán en nosotros comunidades de fe?

Todos sabemos el fortísimo impacto que sufrieron los españoles que, sin salir de nuestras fronteras, emigraron desde geografías fundamentalmente rurales y muy practicantes a las zonas periféricas y a los suburbios de las grandes ciudades. Para muchos, supuso la pérdida de su identidad creyente y el abandono de sus prácticas religiosas. Esto mismo se vuelve a repetir ahora en el caso de los que han venido como emigrantes a España. Muchos pueden perder, junto con su identidad cultural, su identidad religiosa, y pasar a engrosar el número de los alejados de Dios, cuando no el de los hostiles a toda creencia religiosa, especialmente la cristiana.

Por ello, me parecen muy pertinentes dos preguntas: ¿encontrarán en nosotros comunidades acogedoras que les ayuden a despertar o a mantener su fe, promoviendo estrategias pastorales, métodos y lenguajes para una acogida siempre viva de la Palabra de Dios?; ¿qué sería de su fe si sólo encuentran un cristianismo que, por falta de convicciones personales y de confesión comunitaria, hubiera quedado reducido a un hecho cultural? Dos preguntas tan inquietantes como apasionantes para la nueva evangelización a la que la Iglesia nos ha convocado.

+ Antonio Algora Hernando, obispo de Ciudad Real: Lo principal: que conozcan a Jesucristo

Conocer a Jesucristo y experimentar el don inestimable de la salvación es absoluta y primordialmente anterior a cualquier acción benéfica económica-social. Estar dispuestos, por nuestra parte, a dar y recibir el testimonio de fe católica ha de ser la garantía de que todo lo que hacemos en nuestras diócesis a favor de los inmigrantes está bien orientado. Dios Padre, en la Navidad, nos ha dicho su Palabra, nos ha mostrado su amor a la Humanidad. Ahora, se trata de que nosotros hagamos las cosas bien. Los hermanos emigrantes han de ser una llamada de Dios para nosotros, pues estando atentos a los gritos de angustia y agonía social en la que viven -muchos de ellos, a nuestro lado- sintonizaremos con Jesucristo y experimentaremos la alegría de creer, y olvidar así nuestras posiciones ancladas en el bienestar a costa de lo que sea.