La Hermana Paciencia agradece a Romero su entrega - Alfa y Omega

La Hermana Paciencia agradece a Romero su entrega

Redacción

La Hermana Paciencia Melgar, que superó el ébola en Monrovia, ha agradecido a Teresa Romero su «generosidad y entrega por ofrecerse a cuidar a los misioneros». La religiosa de la Inmaculada Concepción, que viajó a España para donar su plasma primero a García Viejo, y ahora a Teresa, reconoce que no guarda «rencor a nadie por no haber podido venir a España cuando tenía el virus, pues no soy española. Me alegro de estar aquí hoy haciendo el bien y poder ayudar».

Esta capacidad de donación le viene a la Hermana de familia: «Desde pequeña, mis padres nos enseñaron, a mis diez hermanos y a mí, a vivir para los demás. Y nos inculcaron la importancia de la oración: rezábamos el Rosario todas las noches antes de dormir», cuenta a Alfa y Omega.

La religiosa descubrió su vocación de la mano de unos misioneros salesianos españoles que llegaron a su pueblo, en Guinea Ecuatorial, para dar clase en la escuela. Por eso, entró en la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción y se dedicó a la enfermería, «para estar más cerca de aquellos que más sufren». Después de unos años en su país, la enviaron a Monrovia para trabajar con los hermanos de San Juan de Dios en el hospital de San José. «Desde 2003, estoy en Liberia. Llegué justo después de la guerra, allí todo estaba destrozado», explica. En el hospital era enfermera, supervisora de la cocina, Superiora de la Comunidad y un sinfín de tareas más. Por eso, cuando el director se contagió de ébola al tomar la tensión a una mujer, no pensó ni un minuto en qué pasaría si le atendiese: «Era mi hermano, mi compañero y mi amigo. Mi vocación era cuidarle», afirma. Los 15 sanitarios y religiosos que cuidaron del director, enfermaron. Murieron ocho, y seis sobrevivieron. «Yo no tuve miedo, ni siquiera cuando supe que estaba contagiada. Si era el momento de irse con el Señor, era el momento. Sentí mucha paz», asevera. Este lunes, en rueda de prensa, pidió ayuda para frenar el ébola en África y reiteró su agradecimiento al sistema sanitario español. Por otra parte, el Hermano de San Juan de Dios recién llegado de Liberia, e ingresado el 11 de octubre en el Hospital Carlos III, seguía al cierre de esta edición bajo vigilancia, aunque está considerado paciente de bajo riesgo al no haber estado en contacto directo con enfermos. La entrevista completa puede leerse pinchando AQUÍ.