Arte del corazón de Granada

Ascendiendo por una pendiente y una vez atravesado el popular barrio que lleva el nombre de la abadía, este emblemático lugar de la Iglesia en Granada se erige en protagonista de una historia más que centenaria, que se remonta al año 1610. Empujado por la devoción popular, el arzobispo don Pedro de Castro erigió la abadía del Sacromonte como lugar de culto cristiano en homenaje a los mártires, que se convirtió en lugar de peregrinaje, oración, docencia y formación, y que hoy quiere ser lo que se constituyó en su origen.

La abadía alberga, en sus Salas Capitulares y el Museo, un patrimonio artístico que alcanza las artes y las Humanidades, la liturgia y el patrimonio bibliográfico y documental. Parte de ese patrimonio está en proceso de restauración, o ya ha sido restaurado, y hoy se encuentra en el Centro Cultural Nuevo Inicio, del Arzobispado de Granada, en una exposición titulada De Ilípula, al Sacromonte: reconstruyendo tradición y patrimonio.

Pintura, orfebrería, escultura…

Desde óleos sobre lienzos, objetos de la liturgia, esculturas en madera policromada y fondos bibliográficos, fechados entre los siglos XVI y XIX, han llegado al centro de Granada desde su lugar donde son custodiados y conservados. Con el objetivo de mostrar la historia y conservación del patrimonio, la muestra se distribuye en tres pilares, centrados en su fundación, la devoción mariana y el culto.

Un gran cuadro de óleo sobre lienzo preside la sala: la Inmaculada Concepción, de Pedro de Raxis, del primer cuarto del siglo XVII. Junto a ella, en madera policromada, otra Inmaculada, más conocida como Virgen de las Cuevas, de José Risueño, revela la devoción mariana del pueblo granadino a este dogma de fe. Y la Virgen de la vela, de Pedro Atanasio Bocanegra, cuya luz no la desprende la vela que porta la Madre de Dios, sino el Niño Jesús iluminando la escena del Nacimiento. Asimismo, el visitante encontrará un óleo sobre lienzo, de Goya, realizado a Francisco Saavedra, uno de los personajes con gran proyección pública formado en la abadía.

De entre los objetos de orfebrería, destaca el Cáliz de las virtudes, que recoge en su copa las virtudes teologales fe, esperanza y caridad, y alusiones a la Pasión (la corona de espinas, la cruz y el paño de la Verónica); también los candelabros del siglo XVII y XIX, y las vinajeras de principios del siglo XIX, que actualmente se utilizan en el culto litúrgico para la fiesta de San Cecilio, Patrono de la diócesis, y del Corpus Christi, otra de las fiestas más significativas en la diócesis. Las vinajeras van acompañadas de una campanilla, coronada por la imagen de san Cecilio y la Estrella de David.

En escultura, la Estigmatización de san Francisco, en madera tallada y policromada (siglo XVIII), refleja el dolor contenido y la adoración al Señor del santo que eleva su mirada a un serafín alado, cuyo rostro es el de Cristo. Destaca también el San Antonio de Padua (siglo XVIII), de Torcuato Ruiz del Peral, en madera tallada y policromada. La exposición también recoge una selección del fondo documental de entre los 20 mil volúmenes que componen la biblioteca y el archivo de la abadía, de modo que los visitantes podrán ver un original del Cántico espiritual de san Juan de la Cruz, una Bula por la que se aprueba el nombramiento de abad, y canónico de la colegiata del Sacromonte y se regulan sus funciones (siglo XVII), y el primer Libro de Cabildo del Sacromonte.

A partir del 13 de septiembre, la exposición podrá visitarse en la abadía.