¡Ring, ring! «Soy el Papa Francisco»

El Papa Francisco se ha hecho querer, desde su elección, por sus gestos de cercanía a la gente. Si al principio era a amigos y conocidos suyos a los que llamaba por teléfono, ahora también ha empezado a llamar a gente a la que no conoce, pero que sabe que pueden necesitar una palabra de cariño y sus oraciones. Uno de los últimos casos ha sido precisamente un niño: se llama Michael, tiene 12 años, y vive en un pueblo de la provincia de Turín. Michael tiene una enfermedad muy grave, distrofia muscular, que le ha ido paralizando. Últimamente, ha empeorado bastante, y tiene incluso problemas para respirar. En medio de su sufrimiento, comentó que su mayor deseo sería conocer al Papa, y un amigo de su madre se puso en contacto con la Santa Sede y con el Papa para ver si sería posible. Al conocer la historia, el Papa le llamó por teléfono para darle ánimos en medio de su enfermedad, y estuvo hablando un rato con él. Al terminar la conversación, el Papa incluso invitó a Michael a visitarle y pasar unos momentos con él en el Vaticano. Una asociación parecida a la Cruz Roja ya se ha ofrecido a encargarse del traslado hasta Roma, porque Michael no puede viajar en un coche normal.