«Es el fraude moral más grave de la democracia» - Alfa y Omega

«Es el fraude moral más grave de la democracia»

Redacción

La retirada de la ley del aborto «es el fraude moral más grave de la democracia, sobre todo porque la reforma era posible. Se ha desperdiciado una ocasión histórica de devolver los derechos robados a tantos seres humanos inocentes». Así resumía el martes el sentir del movimiento provida Alicia Latorre, Presidenta de la Federación de Asociaciones Provida. El Foro Español de la Familia ha anunciado, a través de su Presidente, don Benigno Blanco, que, «en las próximas semanas, vamos a promover convocatorias masivas en las calles, con el resto de asociaciones de familia y vida». Ya el pasado domingo, miles de personas salieron a la calle en Madrid y otras 60 localidades para participar en la Marcha por la vida convocada por la plataforma Derecho a vivir (en la foto). Unos días antes de la convocatoria, el jueves 18 de septiembre, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) hizo pública la Nota En defensa de los más débiles, apoyando los actos «promovidos por la sociedad civil a favor de la vida humana» del fin de semana. «El Comité Ejecutivo de la CEE -dice la Nota- quiere hacer oír su voz una vez más, como siempre ha hecho en cualquier coyuntura social y política, para recordar el valor sagrado de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural… Como afirma el Papa Francisco, en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, entre los débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana (…) quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo (…). No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana». Siguiendo también en este punto al Papa, la CEE reconoce que «hemos de hacer más para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias».

Transforman su matanza en algo legal e impune

Minutos después de anunciar el Presidente de Gobierno la retirada de la reforma, el padre Gil Tamayo, Secretario General de la CEE, declaraba en Twitter: «La retirada electoralista del proyecto de ley del aborto supone ante todo eliminar vidas humanas inocentes además de falta de coherencia política». La semana pasada, durante la inauguración del curso en la Universidad Pontificia de Salamanca, el Presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Blázquez, afirmó que los partidos políticos «deben cumplir» los programas electorales con los que buscaron el respaldo de los ciudadanos. Y monseñor Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, ha recordado en su Carta semanal a «los niños que no nacerán», porque «se ningunea su derecho a la vida haciendo prevalecer el derecho de los adultos que adulteran lo más sagrado, transformando su matanza en algo legal e impune, mientras quien puede legislar prefiere hacer recuento pre-electoral de sus intereses partidistas mirando para otro lado».

La retirada de la reforma del aborto fue un tema muy presente en las II Jornadas Sociales Católicas Europeas. En la rueda de prensa de presentación, el obispo auxiliar de Madrid y coordinador de las Jornadas, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, subrayó que «no se pueden contraponer el derecho a la vida y la libertad de la mujer; la buena libertad hay que apoyarla, para que las mujeres puedan ser madres, sin condicionamientos negativos». En el mismo acto, el Presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la UE (COMECE), el cardenal Reinhard Marx, afirmó que los católicos europeos tienen la tarea de sensibilizar sobre la defensa de la vida desde su inicio hasta el final. De hecho, en la víspera de su viaje a España, el cardenal Marx, en calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, animó a la participación en la Marcha por la vida que se celebraba el sábado pasado en Berlín. Participaron 5.000 personas, una cifra inusualmente alta para este tipo de convocatorias en la capital germana. La Marcha ha venido precedida de polémica mediática, ya que los partidos de izquierda convocaron contramanifestaciones. A éstas asistieron sólo 300 personas, pero la agresividad de los lemas coreados y en las pancartas fue de una crudeza inaudita en Alemania, con eslóganes blasfemos y una absoluta falta de respeto hacia la sensibilidad de los cristianos.