Belaynesh, el corazón de una luchadora - Alfa y Omega

Belaynesh, el corazón de una luchadora

Huérfana, muy pobre y gravemente enferma del corazón. Belaynesh, una joven de Etiopía, consiguió a pesar de todo ello ser la primera estudiante de su escuela en llegar a la Universidad. Al final su corazón se rindió, pero dejó en todos «una gran lección de sacrificio y de agradecimiento»

María Martínez López

El 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo. Como tantas otras cosas, la enfermedad se ceba especialmente con los países más pobres. Allí, no sólo son muchos -en especial niños- quienes mueren por enfermedades curables. La falta de recursos afecta también a quienes padecen enfermedades más graves. Sin embargo, en medio de situaciones muy limitantes, abundan las personas que luchan con valentía para labrarse un futuro mejor. Es el caso de Belaynesh, enviado a Obras Misionales Pontificias desde Etiopía por la misionera salesiana sor Nieves Crespo.

Belaynesh -cuenta la misionera- vivía con su abuela porque era huérfana. Además, no tenía nada y estaba muy enferma del corazón. La atendían en la misión, y alguna vez también la ayudaron médicos españoles. «Era una muchacha muy delgada, pero siempre sonriente. Sin hacerse notar, pero siempre agradecida por la oportunidad que tenía en sus manos de estudiar. Unas veces, no podía venir a clase porque estaba enferma. Otras, con una cara de gran sufrimiento, permanecía en clase porque no quería quedarse atrás».

Hace un año, murió su abuela, pero eso no le impidió seguir adelante con su empeño de estudiar. Fue la primera alumna de su colegio en conseguir la nota suficiente para entrar en la universidad, y aprobó el primer nivel de los estudios de Informática. «No podéis imaginaros cómo estaba de contenta», cuenta sor Nieves.

Hace poco más de un mes, Belaynesh se encontró especialmente mal, y fue a pedir ayuda a las misioneras para ir al hospital de la ciudad. Al despedirse, muy agradecida, «como siempre, me besó y, por dos veces, me repitió: Egziabier stelin, Egziabier ybarekot, que significa: El Señor te lo devuelva, el Señor te bendiga».

Los médicos del hospital no pudieron hacer nada, y Belaynesh murió sólo un día después. «De ella, me queda una gran lección de sacrificio y de agradecimiento. Estaba enferma de corazón, pero tenía uno de los corazones más grandes que he conocido». Por eso, aunque la echa mucho de menos, sor Nieves está segura de que Belaynesh también ha pasado el examen para entrar en el cielo.