El legado de Benedicto XVI, según 50 personalidades españolas - Alfa y Omega

El legado de Benedicto XVI, según 50 personalidades españolas

Si Juan Pablo II fue el líder que enterró el comunismo, a Benedicto XVI «le correspondió diagnosticar el relativismo en el que hoy vivimos», «la dulce tiranía que ha conseguido eliminar la referencia a las raíces cristianas de los tratados europeos y ha reemplazado el derecho a la vida por el derecho al aborto». El diagnóstico es del eurodiputado Jaime Mayor Oreja, Presidente de la Fundación Valores y Sociedad, durante la presentación de Hablando con el Papa, un libro homenaje a Benedicto XVI, con la participación de 50 personalidades de diversos ámbitos de la vida pública

José Calderero de Aldecoa

La Fundación Valores y Sociedad y la Editorial Planeta han publicado Hablando con el Papa, un libro prologado por Jaime Mayor Oreja (Presidente de la Fundación) y coordinado por Francisco José Contreras e Ignacio Sánchez Cámara, en el que 50 personalidades españolas de diversos ámbitos comentan diversos textos del Papa Benedicto XVI. Esta iniciativa es una prueba más de que «el pensamiento de Benedicto XVI y el Magisterio de la Iglesia Católica» tiene un mensaje importante para «el hombre de hoy, posee vigencia en el contexto cultural actual», señaló Francisco José Contreras en la presentación, celebrada en la tarde del jueves, en el Hotel Intercontinental de Madrid.

Cuando se reunieron por primera vez Jaime Mayor Oreja, Francisco José Contreras e Ignacio Sánchez Cámara para decidir el nombre de las 50 personalidades de distintos ámbitos sociales, a los que invitarían para participar en el proyecto que se tenían entre manos, «pensamos que muchos, posiblemente, rehusarían participar, porque, hoy en día, no todo el mundo está dispuesto a implicarse públicamente con un libro relacionado con un Papa. Nuestra sorpresa fue que, a medida que iniciamos los contactos [para proponer las colaboraciones], el porcentaje de respuestas positivas fue muy alto. […] Esto significa, en mi opinión, que el pensamiento de Benedicto XVI y el Magisterio de la Iglesia Católica posee relevancia, le dice algo al hombre de hoy, posee vigencia en el contexto cultural actual», señaló Contreras.

Y ese pensamiento de Benedicto XVI queda reflejado, a modo de legado, entre las 488 páginas del libro. Los participantes -la mayoría personas creyentes, aunque también hay algún agnóstico- escriben sus reflexiones sobre diferentes textos de Benedicto XVI, propuestos por los coordinadores del proyecto. Son textos regeridos, por ejemplo, al diálogo entre razón y fe; a la laicidad; los derechos humanos; la relación entre Iglesia y Estado; a la compatibilidad de los diversos sistemas económicos con el cristianismo; al sentido del sufrimiento; a la esperanza y la oración; a la belleza como posible camino hacia la trascendencia; a la familia y su crisis actual; a los debates bioéticos sobre el aborto y la eutanasia; a la actitud de la Iglesia frente a los no creyentes…

Y para su análisis se han elegido diferentes españoles destacados, entre los que se encuentra, José María Aznar, Rafael Nadal, Manuel Pizarro, José Antonio Ortega Lara, Xavier Hernández, Isabel San Sebastián, Emilio Butragueño, Francisco Vázquez, María de Villota, Álvaro Domecq, Cristina López Schlichting, Juan José Padilla, María San Gil, Benigno Blanco o Joan Gaspart.

El libro, ideado antes de la renuncia de Benedicto XVI, se ha convertido, de forma imprevista, en un homenaje hacia la figura del Papa emérito, que fue «el único líder capaz de diagnosticar certeramente que el relativismo es nuestro principal adversario; y en cuyos discursos siempre estuvo permanentemente presente el valor de la verdad. En mi opinión, estas son las dos notas dominantes del pontificado del Papa referidas al ámbito público en el que me muevo», señaló Jaime Mayor Oreja, Presidente de la Fundación.

«La dulce tiranía del relativismo»

Jaime Mayor Oreja alabó la figura de Benedicto XVI, quien fue «determinante en el diagnóstico del mundo en el que vivimos». Un mundo gobernado por «la dulce tiranía del relativismo, como él la califica, que no tiene límites geográficos o ideológicos y que no nos conduce a la revolución, sino al suicidio. Tiene, además, una capacidad destructora de todas nuestras referencias permanentes y que hoy es la moda de nuestras sociedades occidentales».

Para el Presidente de la Fundación Valores y Sociedad y vicepresidente del Partido Popular Europeo, «la dulce tiranía del relativismo determina hoy lo que es políticamente correcto y lo que no lo es». Pero el principal problema es «que nadie habla de él. No tiene adversario. Esta es una de las razones de su avance», advierte Mayor Oreja, que denuncia: «Que nadie se equivoque, el relativismo es nuestro principal adversario. Esto no es un invento, ni una exageración. El relativismo ha conseguido eliminar de la Constitución y de los tratados europeos cualquier referencia a las raíces cristianas, ha reemplazado el derecho a ala vida por el derecho al aborto, está tratando de sustituir la obligación moral hacia los mayores por un supuesto nuevo derecho a morir dignamente, ha desnaturalizado la esencia del matrimonio, ha construido una doctrina de falsos y supuestos nuevos derechos erradicando el concepto de las obligaciones».

El político terminó su intervención asegurando que «el relativismo está condenado al fracaso», y que, si «al Papa Juan Pablo II le correspondió ser el líder enterrador del comunismo, al Papa Benedicto XVI le ha correspondido el diagnóstico del relativismo».

Fe y razón

Francisco Vázquez, ex embajador de España ante la Santa Sede, se declaró «confeso admirador del pensamiento de Benedicto XVI desde mucho antes de que Joseph Ratzinger fuera nombrado Papa».

«Desde siempre -aseguró el histórico dirigente socialista- su profundo rigor intelectual suscitó en mi un gran interés por su obra, sobre todo en su afán permanente de conciliar los conceptos de fe y razón, de fe y ciencia […] Nadie como él había hecho tanto por superar el desencuentro histórico que nace entre la Iglesia Católica y las ideas imperantes, sobre todo en Europa, desde la Ilustración y la Revolución Francesa». Benedicto XVI fue un firme defensor de la verdad que, sin emabrgo, nunca se cansó de tender la mano al otro: «Buscó siempre demostrar como el cristianismo y la Iglesia Católica es la fuente y el origen determinante de todo el pensamiento occidental», aseguró el ex embajador.

Por todo ello, aseguró Francisco Vázquez, «cuando mi amigo Jaime Mayor Oreja me invitó a participar en el proyecto, yo acepté encantado porque me permitía manifestar públicamente mi respeto y admiración por Benedicto XVI».

Un legado para recordarlo, vivirlo y desarrollarlo

También participó en el acto la ex senadora socialista Mercedes Aroz, quien abandonó sus cargos de responsabilidad en el Partido Socialista hace unos años, tras convertirse al cristianismo, y llegar a la conclusión de que la militancia socialista se había hecho incompatible con su fe, en una legislatura (con Rodríguez Zapatero) marcada por una fuerte carga ideológica.

Aroz destacó especialmente «la claridad con la que Benedicto XVI supo exponer el mensaje cristiano», y cómo «llevó a la Iglesia a su identidad original y a la purificación, y a preservado su unidad». La ex senadora también habló sobre fe, esperanza y caridad: «Sobre ellas, Benedicto XVI escribió sus encíclicas y proclamó el Año de la fe para invitarnos a crecer en las tres y dar un nuevo impulso a la propuesta cristiana». Aroz aseguró además que la categoría intelectual del Papa «es universalmente reconocida», y expresó su convencimiento de que «su legado es para recordarlo, para vivirlo y para desarrollarlo».