«Podemos salir de la terrible pesadilla del aborto» - Alfa y Omega

«Podemos salir de la terrible pesadilla del aborto»

Redacción

El Presidente del Foro Español de la Familia, don Benigno Blanco, participó el pasado fin de semana en la Marcha por la Vida, de París, tras la cual intervino para explicar que la experiencia de España muestra que es posible combatir y derrotar a la cultura de la muerte.

Ante las decenas de miles de personas que participaron en la Marcha, Blanco recordó: «¡No hay razones para acostumbrarse al aborto y darlo por definitivo! Se puede recuperar un compromiso legal con el derecho a la vida y la abolición legal del aborto, como en su día se logró abolir la esclavitud, la tortura o la discriminación de la mujer. De esta terrible pesadilla podemos salir. El camino puede ser largo, pero cuanto antes empecemos a recorrerlo antes llegaremos a la meta».

Intervención completa de don Benigno Blanco:

Queridos amigos franceses:

La propuesta del Gobierno español de sustituir la ley del aborto vigente por una Ley de Protección del Concebido y la Maternidad supone:

–Que por primera vez desde que en los años setenta del siglo XX se extendió en Europa la legalización del aborto, un país de la Europa occidental comienza el camino de recuperar el compromiso con el derecho a la vida; y

–Que la normalización social del aborto es reversible en España, en toda Europa y en el mundo en general.

¡No hay razones para acostumbrarse al aborto y darlo por definitivo! Se puede recuperar un compromiso legal con el derecho a la vida y la abolición legal del aborto, como en su día se logró abolir la esclavitud, la tortura o la discriminación de la mujer.

De esta terrible pesadilla podemos salir. El camino puede ser largo, pero cuanto antes empecemos a recorrerlo antes llegaremos a la meta.

¿Porqué en España se pone en marcha ahora este proceso? En primer lugar, porque cuando se aprobó la primera Ley del aborto en mi país en 1985, los defensores de la vida no nos callamos y seguimos trabajando durante años defendiendo la cultura de la vida en pequeños grupos, con conferencias y charlas, con publicaciones y presencia en los medios de comunicación social, creando una red de asociaciones por toda España para atender a las mujeres embarazadas y ayudarlas a encontrar alternativas al aborto. Fueron años de trabajo silencioso, sin gran eco mediático, pero que logró mantener en España una mayoría social comprometida con la vida, fuerte, comprometida y solidaria con la mujer embarazada.

Y en segundo lugar, porque políticos valientes –haciéndose eco de ese persistente clamor social– supieron mantener vivo el compromiso con la vida en los programas y congresos de algunos de los principales partidos políticos españoles, como el PP. Algunos de esos políticos nos acompañan hoy.

Así se logró –por la confluencia de estas dos circunstancias– que el aborto no desapareciese del debate político español, a diferencia de lo que sucedió en otros países de nuestro entorno.

Y, además, nos unimos. Primero alrededor de la Federación Española de Asociaciones Pro Vida; y después, en el Foro de la Familia, la entidad que yo presido. La unidad da fuerza, aunque no sea fácil mantenerla pues siempre acecha la vanidad y el afán de protagonismo de algunos o la legítima libertad para ver las estrategias de otra forma.

Con el paso de los años, fuimos mejorando nuestro mensaje y creando un lenguaje y un discurso que asocia convincentemente la defensa de la mujer embarazada y del niño no nacido y así rompimos la dialéctica falsa de defensores del niño contra defensores de la mujer que algunos querían crear.

Los provida defendemos al no nacido y defendemos a la mujer, pues ambos son víctimas del aborto. Los amigos del aborto niegan el derecho a la vida y condenan a la mujer a la decisión más dramática y terrible que puede adoptar. El aborto no es feminista, sino una solución machista y violenta a problemas reales y en ocasiones dramáticos que sufren especialmente las mujeres ante la indiferencia de las leyes y los poderes públicos.

Ser provida es trabajar por leyes que protejan la vida y por crear estructuras solidarias que arropen a la mujer embarazada para que ninguna esté sola ante sus problemas. En España este trabajo lo han hecho –lo hemos hecho: permitidme que me incluya pues llevo trabajando en la causa por la vida desde 1982 activamente– con paciencia y perseverancia muchos héroes anónimos durante décadas; y también muchos políticos.

El nuevo Proyecto de Ley español no es el fruto de una casualidad ni de un activismo superficial de cuatro días, sino la fruta madura de un trabajo de miles de personas durante muchos años que ayudaron a que la sociedad española no se acostumbrase al aborto y crearon esa mayoría social que salió a las calles de Madrid el 17 de octubre de 2009 para reivindicar la vida, a la mujer y la maternidad frente a la ley irresponsable del Gobierno Zapatero. El PP tomó nota de aquella marea humana –¡más de un millón de personas!– e incorporó a su programa electoral de 2011 el compromiso de esta ley que ahora inicia su tramitación en mi país.

Ante ese millón de españoles reunidos en Madrid en 2009 dije –y ahora lo repito ante vosotros en París– que:

Esta manifestación no acaba ahora, cuando dentro de unos minutos se cierre este acto, sino que:

–Continuará en un compromiso de todos y cada uno de nosotros de enseñar y mostrar una y otra vez al niño no nacido como el ser humano que es, hasta que se incorpore a la visión de la vida de todos nuestros conciudadanos esta evidencia científica.

–Continuará con el compromiso personal de todos nosotros de hablar bien de la vida, de la maternidad y de la mujer embarazada en todas las ocasiones que se nos presenten en la vida social.

–Continuará con la asunción por cada uno de nosotros de la responsabilidad de preocuparnos y ocuparnos de cualquier mujer embarazada que en nuestro entorno pase por situaciones problemáticas o conflictivas para que ninguna se sienta sola, para que ninguna esté abandonada y para que ninguna se vea abocada al aborto.

Creo que éste es el único camino para superar la normalización social y jurídica del aborto: trabajo, coherencia, perseverancia, unidad y solidaridad con la embarazada.

Gracias por vuestro apoyo al pueblo español en su lucha por la vida. Gracias por extender esta lucha a Francia y a toda Europa.

Benigno Blanco
Presidente del Foro de la Familia