En oración por los frutos del Sínodo - Alfa y Omega

En oración por los frutos del Sínodo

Entrevistado en la Cadena COPE por Javier Alonso Sandoica, el pasado domingo, el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco, habló del próximo Sínodo sobre la familia, en la Jornada de oración que había convocado el Papa Francisco. Entre otras cosas, dijo:

Redacción

«Comienza el Sínodo de la familia, la II Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Las ordinarias, cada tres o cuatro años, tienen un peso diríamos pastoral, y de apoyo magisterial al Santo Padre mayor que las extraordinarias, pero ésta va a tener muchísima importancia. Y se necesita que toda la Iglesia ore para que el fruto sea verdaderamente fruto pastoral y espiritual fecundo, un fruto que tenemos que pedir mucho por la intercesión de san Juan Pablo II. El Papa Francisco, en la homilía de su canonización, le llamó el Papa de la familia, ¡y cómo lo fue, Dios mío!

También ante ese momento crítico que conocemos como revolución sexual, con la disociación entre el servicio a la vida del matrimonio y la experiencia del amor conyugal, y con el matrimonio fiel hasta la muerte apareciendo como un proyecto imposible, el Papa Juan Pablo II nos ha ofrecido un magisterio bellísimo, tanto en aquel Sínodo de la Familia, a comienzos de los 80, con la Exhortación apostólica postsinodal Familiaris consortio, como en sus obras posteriores, y en sus famosísimas catequesis de los miércoles sobre el amor, el matrimonio y la familia. Él nos ayudó a descubrir cómo el lenguaje del cuerpo, que es expresión suya, es un lenguaje del amor y para el amor. Nos habló de la entrega mutua del esposo y la esposa que sea traducción, expresión clara de amor, y de amor para siempre, y fecundo, que no termina narcisísticamente en uno ni en otro, sino que florece en eso tan hermoso y tan bello que son los hijos.

Naturalmente, también Benedicto XVI, y lo que ya conocemos del magisterio del Papa Francisco. Y sin olvidar al Papa Pablo VI, porque el Sínodo terminará el 19 de octubre, exactamente, con la beatificación de Pablo VI, el Papa de la Humanae vitae, no se puede olvidar. Vamos, pues, a pedirle también a él por el fruto espiritual y pastoral del Sínodo».