¡Sorpresa! El Papa: «¿Me puede cambiar estas viejas gafas?» - Alfa y Omega

¡Sorpresa! El Papa: «¿Me puede cambiar estas viejas gafas?»

El Papa Francisco callejeando por Roma para arreglar sus gafas, sorprendió a curiosos y turistas. El jueves por la tarde, visitó una óptica romana para cambiar sus viejas gafas. La visita ha sorprendido a turistas y a transeúntes que no se esperaban la sorpresa, al pasar por Vía del Baduino, adyacente a la famosa plaza del Pueblo y cerca del Vaticano

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«Pagando lo debido», el Papa ha pedido al propietario de la óptica, Alessandro Spieza, que arreglara sus gafas. «Ha querido cambiar solo los cristales», dijo al diario romano, Il Messaggero.

El vendedor manifestó que se le llenaron los ojos de lágrimas apenas ver al Papa entrar por la puerta del negocio. La gafas «no son de marca, son simples, es una montadura anónima. Las gafas estarán listas en un par de semanas, pero no creo que vuelva aquí el Pontífice», agregó Alessandro.

Francisco hace sus propias diligencias: ya acostumbró a sus colaboradores a que el maletín de trabajo lo lleva él, así como su agenda personal. La diligencia de ayer duró 40 minutos.

El Papa callejero se escapa del Vaticano, sobre todo para orar y hacer visitas privadas a la imagen de la Virgen María, la Salus Populi Romani, ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor.

El cardenal Bergoglio ha reconocido en algunas entrevistas que conocía poco Roma, pero que su lugar preferido era, precisamente, Santa María la Mayor. De hecho, como Papa realizó su primera escapada al día siguiente del Cónclave, el 14 de marzo de 2013, después de haber pagado la cuenta en el hotel de los cardenales, para orar por su nueva misión como Sucesor de Pedro.

Al parecer, la salida de ayer ha sido la primera visita privada que el Papa hace fuera de los muros leoninos, sin contar las sorpresas que ha hecho a los empleados de la Curia romana, cuando se presentó para almorzar al comedor de los trabajadores del Vaticano, o las visitas sin avisar a las oficinas de la curia romana a bordo de su auto de servicio, una Ford focus azul.

Ary Waldir Ramos Díaz / Aleteia