El SJM pide a Europa políticas que garanticen los derechos de los migrantes - Alfa y Omega

El SJM pide a Europa políticas que garanticen los derechos de los migrantes

El Servicio Jesuita a Migrantes-España presentó la mañana del jueves, en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, el documento Que no se ahogue la esperanza, que recoge una serie de propuestas dirigidas a los candidatos al Parlamento Europeo para garantizar, en la próxima legislatura, los derechos humanos en las políticas de inmigración

Cristina Sánchez Aguilar
Cristina Gortázar y Miguel González, director del SJM-España
Cristina Gortázar y Miguel González, director del SJM-España

«Queremos defender los derechos de las personas migrantes, y para eso, hay que cambiar las políticas», afirmó Miguel González, director del SJM-España. Por eso, la institución ofrece una serie de propuestas para que dichas políticas europeas sean más acordes con la justicia, la dignidad y la garantía de los derechos humanos.

Cristina Gortázar, autora del documento y profesora de la Universidad de Comillas, precisó que, en tres ocasiones, la Unión Europea ha condenado a Estados Miembros -Bélgica, Grecia e Italia-, por vulnerar la protección de derechos humanos. Gortázar señaló, además, que ahora el punto de mira está en Bulgaria, donde los solicitantes de protección o inmigración están viviendo graves situaciones de vulnerabilidad de derechos.

Sobre la situación en Ceuta y Melilla, la profesora recalcó que «no se puede devolver a nadie a un lugar donde su vida pueda estar amenazada y donde la violación de los derechos humanos sea algo generalizado». Y recordó, ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que quienes «nosotros decidamos que nos representen, serán quienes decidan sobre estas realidades».

También aludió a las polémicas devoluciones en caliente, y se preguntó si en ellas «hay algún resquicio de que sean conformes a la legalidad vigente». La respuesta es «no», y por tanto España «está vulnerando el derecho internacional, el derecho de la Unión Europea y el propio derecho español». También expresó su temor por las prisas con las que se quiere ahora modificar la Ley de Extranjería, y señaló que «no se puede cambiar vulnerando el derecho internacional».

El documento Que no se ahogue la esperanza

El documento está organizado en una serie de respuestas que responden a la siguiente cuestión: «¿Qué programa, qué estrategia debe sustituir al actual Programa de Estocolmo en la política de fronteras, inmigración y asilo?» Así, el SJM ofrece una serie de propuestas, dirigidas a esclarecer dicha estrategia, en diversos campos.

En el campo del acceso a la Unión Europea, el texto propone «estudiar nuevos canales para la inmigración ilegal y reabrir el debate sobre la política general de visados» o establecer «mecanismos efectivos en los países fronterizos con la UE que identifiquen personas con necesidad de protección y la garanticen».

Sobre la inmigración irregular, el Servicio Jesuita a Migrantes pide que los Estados miembros «desarrollen y apliquen sistemas razonables y flexibles de regularización», así como «priorizar el retorno voluntario de personas migradas y asegurar que el retorno forzoso se lleve a cabo en condiciones acordes al respeto a los derechos humanos, y en concreto, a la Carta de derechos fundamentales de la UE». Sobre dicho retorno forzoso, el documento especifica que «se paralicen de manera inmediata los procesos que retornen a un Estado que no sea miembro de la UE si éste no garantiza la protección de los derechos humanos del migrante». También incluyen la trata de personas en los puntos a tener en cuenta, recordando la importancia de que dicha Directiva se aplique «plena y correctamente».

Medidas en torno al asilo

En torno al asilo, el documento Que no se ahogue nuestra esperanza pide a los candidatos que tengan en cuenta «la garantía de identificación y acceso a protección de posibles solicitantes de asilo en las fronteras de la UE, especialmente en Ceuta y Melilla». Especialmente, añade, «se han de aprobar normas claras sobre la asistencia y rescate en el mar», y señala que «los visados humanitarios y entradas protegidas deberían ser herramientas cruciales, y el código de visados debería permitir el acceso a las embajadas en países de persecución y tránsito».