Salvador Reina: «Hice mis pinitos en la parroquia del Carmen del Perchel» - Alfa y Omega

Salvador Reina: «Hice mis pinitos en la parroquia del Carmen del Perchel»

Salvador Reina es un actor malagueño que hizo sus primeros pinitos en la interpretación en su parroquia. Es el Jozé de la serie de televisión Allí abajo, y ya lo pudimos ver antes en las películas La isla mínima y 321 días en Michigan y en algunas series más

Encarni Llamas Fortes

¿Cómo comenzó en este mundo del arte?
Llevo ya muchos años en esto, desde antes de los 18 años, haciendo animaciones infantiles, en compañías de calle, en compañías de teatro… Ahora ha llegado este golpe de suerte y lo estoy aprovechando. Los proyectos son muy diferentes y con mucha más repercusión, pero no olvido cómo empecé y cómo me he ido formando para trabajar en lo que me gusta.

¿Recuerda sus primeras representaciones?
Desde pequeño he hecho mucho teatro, en grupos de teatro aficionados, en las veladas de los campamentos de verano de la parroquia… y cuando me marché a Granada para estudiar Educación Física, contacté con una compañía que se llama Animasur, así comencé a dedicarme de forma profesional.

¿Cómo recuerda esos campamentos de verano de la parroquia?
Los recuerdo gratamente, con una sonrisa en la boca. Se celebraban, y se siguen celebrando, en la casa que tienen los Misioneros Claretianos en Loja y, cada vez que paso por esa carretera y veo esa casa al fondo, me entra un pellizquito en el estómago.

¿Cómo está siendo la experiencia en televisión en la serie Allí abajo?
La verdad es que muy grata. El grupo humano que hace la serie es fantástico y la propuesta del personaje es muy buena. La gente la está recibiendo con mucho cariño. Está siendo un momento profesional fantástico.

¿Es lo que le está dando mayor notoriedad de lo que ha realizado hasta ahora?
Yo diría que sí. Participé también en la película La isla mínima, muy bien valorada y en 321 días en Michigan, premiada en el Festival de Cine de Málaga. En televisión también he participado en varias series de Canal Sur y de Antena 3, pero yo creo que ésta es la que más tirón mediático está teniendo. La gente la ha acogido con mucho cariño.

¿Es ahora uno de los chicos más buscado en las redes?
(Se ríe) Todavía no he llegado a millones de followers (se ríe), pero sí noto que las redes están mucho más activas que antes, que la gente interacciona contigo, te preguntan, te piden… Mis cuentas me las llevo yo directamente e intento responder a cada uno personalmente con lo que me pide, dentro de mis posibilidades.

¿Cómo se siente en este momento de tu vida?
Estoy muy contento. Intento seguir siendo una persona sencilla, tal y como me han enseñado. Busco la felicidad en las cosas pequeñas e intento tener los pies en la tierra. Ahora mismo estoy viviendo un momento dulce, pero sé cómo es este mundo de la fama, que viene y va, y valoro otras muchas cosas, además de la profesional: el cariño, la amistad de mi gente, el amor de mi pareja… Intento basar mi vida en ellas, porque si te quedas sólo con un momento de fama, te puedes quedar vacío. Eso sí, estoy muy contento de poder disfrutar de este momento, es como si estuviera en el Tívoli tirándome por todos los toboganes y subiéndome en todas las atracciones (se ríe), pero sin desatender lo demás, aunque a veces sea complicado con todos los compromisos que se tienen.

¿Es el humor su registro?
Es un campo en el que me siento cómodo y el que más he trabajado. Es un registro en el que me siento cómodo porque veo que la gente se ríe y se lo pasa bien, pero cada vez que tengo la oportunidad, estoy encantado de meterme en otros papeles y aportar otros valores.

Es usted de una parroquia de Goya, la del Carmen del Perchel. ¿Cómo recuerda su parroquia?
En ella he pasado mi infancia y mi adolescencia. Mi familia sigue siendo parte de esta parroquia y yo la sigo sintiendo como mía. Siempre que puedo visito a mis amigos y estoy pendiente de las actividades en las que pueda seguir colaborando con la ONG Proclade, o con cualquier otra acción social que realizan desde Cáritas parroquial. Recuerdo con alegría cómo me han transmitido los valores del respeto, la solidaridad y el amor al prójimo, que intento mantenerlo en mi vida diaria.

En la actualidad, ¿dónde está Dios en su vida?
Por diversos motivos, no estoy muy activo en mi vida cristiana, pero intento seguir poniendo en práctica todo lo que aprendí.