Una aventura misionera - Alfa y Omega

Una aventura misionera

Alicia Gómez-Monedero
Ilustración: Asun Silva

¿Te imaginas ir a un campamento y recorrer el mundo entero? Es lo que han hecho los niños que han participado este año en el campamento de animación misionera de la diócesis de Orihuela-Alicante. Durante seis días, los niños pudieron conocer de primera mano testimonios de misioneros en los cinco continentes, que les enseñan cómo tiene que ser un niño misionero. Por ejemplo, el objetivo del primer día era aprender a «acoger a todos los niños, incluso a los que no nos caigan bien. Entonces, apareció un misionero de Oceanía, que nos invitó a unirnos a su aventura y nos contó cómo es la vida allí», cuenta Nieves, una monitora.

Nieves conoce bien este campamento, porque fue de niña hasta los 14 años, y luego se convirtió en monitora. Le encanta este campamento porque «te sientes como en casa. Aunque no conozcas a nadie, te reciben como en una familia».

Raúl, otro monitor, también empezó a ir de niño. Nos cuenta que, además de conocer a los misioneros, en el campamento «hacemos yincanas, caminatas, vamos a la piscina, hacemos juegos de rastreo por la noche, juegos de pistas… y luego tenemos ratitos de oración y catequesis muy amenas».

En este campamento, «empecé a entender muchas cosas –cuenta Nieves–, especialmente sobre quién es Jesús. Después de volver, ir a Misa no era algo abstracto, me enteraba mejor».

César Mira, el responsable de Infancia Misionera en Alicante, explica que el último día del campamento se celebra una Misa con los padres y los niños «son enviados a vivir como misioneros a sus diferentes poblaciones», porque han aprendido a ser misioneros en casa, en el hogar, y «anunciar a Jesús a sus amigos y familiares».