Noelia Sánchez García: «Los laicos tenemos la obligación de llevar el Evangelio al mundo» - Alfa y Omega

Noelia Sánchez García: «Los laicos tenemos la obligación de llevar el Evangelio al mundo»

La responsable nacional del Sector de Infancia de Acción Católica General, Noelia Sánchez García, analiza, con motivo del Día del Apostolado Seglar que se celebra este domingo, la labor de los laicos en la Iglesia. A sus 30 años, le avalan su experiencia en las parroquias de su pueblo, El Palmar, y en la Delegación de Pastoral Juvenil

Redacción
Foto tomada de la agencia SIC
Foto tomada de la agencia SIC

¿Cómo ha sido su trayectoria en Acción Católica?
Comencé en la Acción Católica en el movimiento Junior cuando tenía 9 años, en la parroquia Santa Rosa de Lima, de El Palmar, en un grupo de niños y niñas de mi edad. Era un grupo de vida en el que rezábamos, hacíamos revisión de vida, nos formábamos, íbamos de excursión, de campamento, participábamos de la Eucaristía… A los 15 años, cuando se acabó esa etapa de niña, comencé a formarme para poder acompañar grupos de niños.

A los 18 acompañé al primer grupo de niños en Santa Rosa y después acompañé otro grupo en la Purísima, también en El Palmar. Después, me nombraron Responsable Diocesana de Niños. En ese tiempo fue cuando se empezó a dar forma a nivel nacional a lo que es ahora Acción Católica General (ACG), una asociación formada por niños, jóvenes y adultos.

¿Y en 2008, fue nombrada Presidenta Diocesana de ACG?
En el 2008 me nombraron presidenta diocesana de ACG y en el 2011 ofrecí mi disponibilidad al nivel nacional de ACG, y me eligieron como responsable general de Infancia. Recogiendo las palabras del Salmo 126 podría resumir mi trayectoria diciendo: El Señor ha estado grande conmigo, y estoy alegre.

¿Cuál ha sido su vinculación parroquial y diocesana?
Mi vinculación parroquial ha sido doble, lo explico. Siempre he vivido la fe en las dos parroquias de mi pueblo: Santa Rosa de Lima y la Purísima. Las dos parroquias han sido como una segunda casa. En la Purísima me prepararon para recibir la Primera Comunión y la Confirmación, participé en charlas de formación y ayudé para que los niños de la parroquia también participaran de la asamblea parroquial.

En Santa Rosa, entre otras muchas cosas, tuve la suerte de poder participar de la Dedicación del templo parroquial, de la misión popular que se realizó después y celebrar el sacramento del Matrimonio.

La vinculación diocesana, además de por la ACG, también fue a través de la Delegación de Pastoral Juvenil. Desconocía esa realidad y, viendo que los grupos de niños crecían, pensé que debía conocer la Pastoral Juvenil y así poder ofrecerles algo más diocesano: que se encontraran con otros jóvenes, que compartieran experiencias, que se enriquecieran.

Participar como representante de Santa Rosa de Lima en la Coordinadora de la Suburbana I fue un descubrimiento, pude participar y preparar encuentros, vigilias, los DED, la JMJ… Pero, sobre todo, pude conocer y ser testigo de la entrega y alegría de los muchos jóvenes que hay en nuestra Diócesis.

¿Cuál ha sido el trabajo durante los últimos tres años en ACG?
Cuando llegué a la Comisión Permanente de ACG la asociación sólo llevaba un año de vida. En estos tres años he tenido la suerte de comenzar a poner en marcha el Proyecto de Acción Católica General para que no se quedara en un documento con tapas bonitas, sino que ese proyecto se hiciera vida en las parroquias con grupos de niños, jóvenes y adultos.

Nos ha tocado visitar muchas diócesis, conocer muchos laicos, delegados diocesanos, sacerdotes, obispos. Hemos llevado a cabo talleres para acompañantes en los que enseñábamos la metodología, cómo ponerla en marcha con sus grupos y dialogábamos sobre las dificultades del acompañamiento o las nuevas realidades de las personas que se acercan a la parroquia a pedir un sacramento.

¿Cuál cree que es el papel del laico dentro de la Iglesia?
Creo que los laicos tenemos un papel muy importante, el de la corresponsabilidad. No sólo tenemos que conocer el Evangelio sino que tenemos la obligación de llevarlo al mundo. Los laicos llegamos a muchos sitios: la familia, la cultura, el trabajo, los estudios, el tiempo libre, la parroquia, asociaciones… No podemos mirar y esperar a que los obispos, los curas, las religiosas, hagan toda la tarea evangelizadora, porque es imposible, pero sí podemos trabajar juntos para llevar al mundo el mensaje de Jesucristo.

¿Cómo animaría a los laicos a involucrarse más activamente en sus parroquias?
Hace unos días la parroquia de Puente Tocinos me invitó a que compartiera con ellos mi experiencia como laica. La primera frase a la que hice referencia fue el final de CLIM (Cristianos Laicos Iglesia en el Mundo) La Nueva Evangelización se hará, sobre todo, con los laicos, o no se hará. Tenemos que responder con generosidad a ese reto. Los laicos tenemos que formarnos para poder dar razón de nuestra fe, es necesario que cuidemos la oración y la celebración para poder tener momentos más personales con el Padre y es necesario que nos comprometamos cada uno, teniendo en cuenta los talentos que Dios nos ha regalado. Debemos dejarnos llenar del Espíritu Santo para poder ser instrumentos de Dios en el mundo.

El Papa Francisco ha pedido en numerosas ocasiones que se favorezca y aliente la participación de los laicos dentro de la Iglesia, ¿qué piensa al respecto?
Creo que es importante que, dentro de las comunidades parroquiales, los sacerdotes y los laicos trabajen de forma corresponsable. Cada uno tiene que saber su tarea dentro de la Iglesia, gracias a Dios no todos tenemos la misma. Los laicos tenemos que dar un paso al frente para ser parte activa en las parroquias, no podemos ser espectadores, ayudantes o colaboradores, no podemos pasar por la Iglesia sino que somos Iglesia.