Ser abuelo es parte del plan de Dios

«Hoy los abuelos desempeñan un papel muy importante: ayudan a sus hijos económicamente, cuidan de los nietos cuando sus padres están trabajando… Son cosas que vemos habitualmente, pero hay algo más importante, que es la transmisión de la y de los valores cristianos, porque hay muchos padres que no están desempeñando esta labor», dicen Robert Kimball y Mari Carmen Zurbano, autores de La vocación de abuelos. Ser abuelos «forma parte del plan de Dios».

Para ellos, ser abuelo «es una llamada de Dios que consiste en apoyar y ayudar a nuestros hijos en la educación de nuestros nietos y en la transmisión de la fe», porque hoy los abuelos «somos muchas veces la memoria de la fe, el puente de Dios con las nuevas generaciones».

La razón es que «vivimos en una sociedad cada vez mas materialista, que vive sin tener en cuenta a Dios , al margen de Él. Hay mucho relativismo, egoísmo, materialismo… En muchas familias, lo que importa es el bienestar, no la fe. Por eso muchos padres están atrapados y viven al margen de Dios, no llevan a sus hijos a Misa, no les enseñan a rezar, incluso ni siquiera los bautizan…». Ante este panorama, «muchos abuelos sufren, porque la fe que han cultivado no llega a sus nietos».

En ocasiones, también sucede que muchos abuelos «se sienten culpables porque piensan que no han sabido transmitir bien la fe a sus propios hijos, y piensan: ¿Qué hemos hecho mal?». Por eso, hay que decirles que «no deben sentirse culpables. A veces los padres cometemos errores, y otras veces han sembrado la semilla pero han sido los propios hijos los que no la han cultivado».

Para Robert y Carmen, se está gestando una revolución de los abuelos, porque «con la baja tasa de natalidad, nuestra sociedad va a envejecer y va a haber muchos más abuelos que jóvenes. Por eso, vamos a seguir siendo útiles durante muchos más años. La sociedad nos va tener que respetar, y podemos ser muy útiles para todos».