El Tribunal Supremo de Pakistán suspende cautelarmente la condena a muerte de Asia Bibi - Alfa y Omega

El Tribunal Supremo de Pakistán suspende cautelarmente la condena a muerte de Asia Bibi

Al revisar este miércoles el caso de Asia Bibi, el Tribunal Supremo de Pakistán ha decidido estudiar la apelación de esta mujer cristiana condenada a muerte por blasfemia, y suspender la orden de ejecución

Redacción

El Tribunal Supremo de Pakistán ha suspendido este miércoles la orden de ejecución de Asia Bibi, la cristiana acusada de blasfemia hace seis años tras una trifulca con unas musulmanas por tocar un cuenco para el agua, y ha admitido estudiar la apelación de la condenada para sobreseer el caso.

«La petición para estudiar la apelación ha sido admitida y la orden para ejecutar a Asia Bibi ha sido suspendida (cautelarmente)», afirmó a Efe Saiful Mulook, abogado de la condenada por blasfemia en 2010, comentando la decisión de los tres jueces del Tribunal Supremo paquistaní en la localidad de Lahore, en el este del país.

La campesina fue condenada a la pena de muerte el 8 de noviembre de 2010 por una corte del distrito de Nankana, en la provincia oriental de Punjab, bajo los artículos 295 B y C del código penal, que tipifican los casos de blasfemia.

Según su propia versión, Asia Bibi, madre de cinco hijos, fue denunciada en 2009 por unas campesinas musulmanas que la acusaron de contaminar el agua que bebían en un pozo público por tocar el recipiente con sus manos impuras, al ser cristiana.

Su vida sigue corriendo peligro

El abogado de Bibi espera que su cliente consiga ser eximida de culpa y finalmente liberada porque, según él, existen varios aspectos a su favor, como el retraso en hacer la denuncia, hecha cinco días después de la disputa con las campesinas musulmanas.

De no llegar a buen puerto en último término su recurso, Asia sólo podría ser absuelta por la gracia presidencial, un indulto por parte del presidente paquistaní. Así lo ha contado, en La Mañana de COPE, Javier Menéndez Ros, director en España de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Sin embargo, fuera de prisión la vida de Asia Bibi corre peligro. Como ha recordado Menéndez Ros, cerca de un millón y medio de personas han reclamado la ejecución de la mujer cristiana, que en la cárcel ha estado en una celda aislada por su seguridad. De hecho, aunque todavía no ha habido ninguna persona ejecutada por blasfemia en Pakistán, sí ha habido varias que han sido asesinadas por la gente o por policías.

Por este motivo, al conocerse la decisión temporal del Tribunal Supremo, se ha especulado con la posibilidad de que a pesar de poder irse a casa hasta que el Supremo dicte sentencia, prefiera quedarse en la cárcel, donde está más segura. Según Menéndez Ros, si sale a la calle «tendría que tener unas medidas de seguridad excepcionales» y probablemente debería abandonar el país.

Dos defensores, asesinados

El abogado de Asia, que ha recibido numerosas amenazas para que abandone el caso, aseguró a Efe que continuará su lucha hasta que logre que la mujer obtenga «justicia». Este caso ya le ha costado la vida a dos defensores de Asia, que fueron asesinados por este motivo en 2011: el gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, y el ministro cristiano de Minorías, Shahbaz Bhatti.

Su familia ha sufrido impedimentos para visitarla, por la distancia, pero su marido ha mantenido contacto asiduo y ha podido verla cada semana. Su salud, nos cuenta, se resiente por las condiciones en la que se encuentra bajo prisión.

La comunidad internacional ha mostrado en numerosas ocasiones su apoyo a Bibi, con varias campañas para su liberación y peticiones de países como España, Francia, Italia o Estados Unidos para que le sea conmutada la pena de muerte. En abril, el marido de Asia, Ashiq Masih, fue recibido y bendecido por el Papa Francisco en el Vaticano, donde, según dijo a Efe, el Santo Padre le pidió que rezara, le «transmitió sus palabras de esperanza» y le dijo que Asia Bibi sería «liberada pronto».

La dura ley antiblasfemia vigente en Pakistán fue establecida en la época colonial británica para evitar choques religiosos. Pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el dictador Zia ul Haq favorecieron el abuso de esta norma. Los intentos de reformar la ley a lo largo de los años han chocado con la resistencia de integristas islámicos.

Efe / Redacción