256 clérigos anglicanos ingleses se unen a la Iglesia católica en su crítica a la ampliación del aborto

19 obispos y 237 pastores anglicanos se han adherido a una carta publicada este viernes en The Daily Telegraph en la que critican el último movimiento para ampliar el aborto en el Reino Unido. El pasado martes, el Parlamento aprobó por 379 votos a favor y 137 en contra una enmienda al proyecto de Ley sobre Delincuencia y Policía que excluye de la legislación sobre el aborto a las mujeres que «actúan en relación con su propio embarazo».

Es decir, si una mujer pone fin a la vida de su hijo por su propia mano en vez de recurrir a un médico no se le aplicará la ley que considera un delito, con excepciones, el aborto más allá de la semana 24. Queda así despenalizado un aborto autoinducido.

Se trata, según los clérigos, de «un cambio peligroso» que «nos preocupa». «La tragedia del aborto invariablemente nos moverá a compasión hacia la mujer embarazada, pero también tenemos en mente la viabilidad de la vida de su hijo que también merece compasión y necesita protección» legal. «A medida que los políticos elegidos se alejan de los valores morales cristianos que han conformado hasta ahora mucho de lo que es bueno en nuestra vida nacional, nuestra preocupación es que los vulnerables y los sin voz son cada vez más ignorados», prosigue el texto.

En un comunicado, un portavoz de la Iglesia de Inglaterra afirmó el miércoles que si bien «las mujeres no deberían ser criminalizadas, es preocupante que este cambio tan significativo puede llevar a más abortos tardíos». Afirmaba incluso que se pueden dar abortos porque el feto sea de un sexo diferente al que quieren los padres.

«Peligrosos» abortos en casa

Al aprobarse la enmienda, el arzobispo católico John Sherrington de Liverpool, responsable en cuestiones de vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales, afirmaba que «estamos profundamente alarmados por esta decisión. Nuestra alarma surge de nuestra compasión por las madres y los bebés no nacidos».

«Esta decisión reduce significativamente la protección de las vidas de los no nacidos y resultará en un grave daño para las mujeres embarazadas», afirmó también Sherrington. Argumentaba que las mujeres serán aún más vulnerables a la manipulación, la coacción y los abortos forzados. «Este cambio legal también desalentará la consulta médica y aumentará la probabilidad de usar pastillas abortivas para abortos tardíos peligrosos en casa».