El Papa y el Patriarca de Jerusalén reclaman perdón y no venganza en Jerusalén - Alfa y Omega

El Papa y el Patriarca de Jerusalén reclaman perdón y no venganza en Jerusalén

Execrable, un obstáculo para la paz, víctimas sacrificadas ante los altares del odio. Son algunas de las palabras con que el Papa Francisco y el Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal, se han referido a los asesinatos de tres jóvenes judíos y un joven palestino. La sangre llama a la sangre; la violencia genera violencia, dijeron desde Tierra Santa y desde el Vaticano, para clamar después por una actitud de paz reconciliación

Redacción

El mismo día que aparecían los cuerpos sin vida de los tres jóvenes israelíes asesinados, la oficina de prensa de la Santa Sede emitía un comunicado indicando el dolor del Santo Padre y calificando el asesinato como un hecho «execrable, un obstáculo para la paz». Este jueves era el Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal, quien condenaba el asesinato del joven palestino y recordaba que la sangre llama a la sangre: «Todos los chicos asesinados son como víctimas sacrificadas en los altares diabólicos de odio», decía, y lamentaba que la visita del Papa Francisco a Tierra Santa, que «había alimentado las esperanzas felices de la paz», quede empañada por estos terribles asesinatos.

Tal como explicaba el padre Federico Lombardi, el Papa Francisco se unía «al dolor indescriptible de las familias afectadas por esta violencia homicida y al dolor de todas las personas afectadas por las consecuencias del odio» y pedía a Dios que inspirara en todos «pensamientos de compasión y la paz».

A la espera de que el portavoz vaticano ofrezca nueva información sobre el Santo Padre, se sabe que el Pontífice llamó por teléfono al rabino de Roma, Riccardo Di Segni, para expresar el dolor por la muerte de los jóvenes, y para recordarle que rezaba por ellos y sus familias y que estaría encantado de recibir en audiencia a los padres de los jóvenes, tal como ellos habían pedido antes de encontrarse los cadáveres de sus hijos.

Como siempre, el Papa hacía una llamada a la paz y el perdón tras estas muertes y pedía que se frenara la espiral de violencia, que sólo conduce a más violencia y sufrimiento. Un mensaje casi idéntico lanzaba el Patriarca, en un intento de detener los actos de venganza que se suceden desde la aparición de los jóvenes asesinados. «Sólo el perdón llama al perdón».