25 de octubre: san Bernardo Calbó

Bernardo Calbó nació en Reus 1180. Creció en la masía Calbó. Era el tercero de cinco hermanos. Su padre fue uno de los caballeros que rescataron Tarragona durante la Reconquista. Estudió leyes, algunos dicen que en Lérida, otros lo sitúan en Bolonia.

Con 30 años y ejerciendo el cargo de jurista y administrativo del arzobispo de Tarragona, Bernardo sufrió una grave enfermedad que le cambió para siempre. Hasta ahora su vida no se regía por una profunda religiosidad ni temor de Dios.

Una vez que recobró la salud ingresó en el monasterio cisterciense de las Santas Cruces, en 1215 en Tarragona. Su familia, que tenía una elevada condición social, se opuso al ingreso de Bernardo. Al entrar en el monasterio cedió todos sus bienes a su familia.

Bernardo ejerció también el cargo de canónico de la catedral de Tarragona, de la que llegó a ser Vicario. El santo pasó doce años de oración y penitencia antes de ser elegido abad de su monasterio, entorno al año 1225.

Siendo el máximo responsable del monasterio, Bernardo cofundó la comunidad de religiosas cistercienses de Valldonzella, que tuvieron una gran actividad apostólica.

Pasaron los años y, tras la muerte de Guillermo de Tavertet, Bernardo fue elegido obispo de Vic.

Aceptó el cargo, a pesar de su vocación monástica, porque veía detrás del nombramiento la voluntad de Dios. En la sede episcopal implantó el espíritu monástico, viviendo junto a una comunidad de cuatro monjes que le ayudaban.

Gregorio IX lo nombró inquisidor contra los Valdenses en 1232, cargo que desempeñó con solicitud. El santo participó en los Concilios de la Tarraconense de 1239 y 1243. El 26 de octubre de 1243 murió en Tarragona con fama de santidad.