25 años del Seminario de Getafe: los mejores años de la vida
Casi 150 sacerdotes hemos sido formados en el Seminario de Getafe, donde actualmente se preparan una treintena de jóvenes para las futuras ordenes
Cuando comencé mis estudios universitarios alguien me dijo: «Van a ser los mejores años de tu vida». Y lo fueron. Al terminar la carrera experimenté eso que llaman «la llamada», y decidí entrar al seminario. Mis expectativas no eran en este caso demasiado halagüeñas; pensaba que la vida en el centro de formación del cerro de los Ángeles iba a ser algo aburrida y monótona, y que los compañeros no tendrían la chispa que había encontrado en el campus. ¡Cuántos prejuicios y temores! Dios me rompió –una vez más– los esquemas, y descubrí en mi nuevo hogar del seminario un lugar creativo y muy alegre, donde el centro era el Señor y los demás hermanos. Que contábamos con el acompañamiento paternal del obispo, don Francisco Pérez y Fernández Golfín (qepd) –que vivía en la puerta contigua, y que nos dejaba rezar en su propia capilla–, con un equipo de sacerdotes –rector, formadores y directores espirituales– que nos querían y nos guiaban, y con medio centenar de compañeros seminaristas con los que era una gozada convivir.
En todo caso, el tesoro del seminario fue crecer en la relación con Jesucristo. Descubrir ese idioma tan fascinante que es la oración en sus múltiples modalidades para poder hablar con Él. Profundizar en el misterio de la fe de la mano de las clases de Filosofía y Teología en la Universidad San Dámaso cada mañana, y ver que Cristo nunca se agota y siempre sorprende. Anunciar al Señor en las parroquias donde el fin de semana acudíamos para aprender cómo se pastorea al pueblo de Dios. Preparar y participar en peregrinaciones y campamentos, en encuentros y convivencias. Descubrir el misterio del dolor, del pecado y de la soledad, y aprender a acompañarlo en nombre de la Iglesia. Dar gracias al Padre, como san Francisco, porque me regalaba hermanos. Y todo ello bajo la mirada amorosa del monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Un verdadero don.
El Seminario diocesano de Getafe cumple ahora 25 años de existencia (marzo 1994). Casi 150 sacerdotes hemos sido formados en él, donde actualmente se preparan una treintena de jóvenes para las futuras ordenes. Como un hijo agradece el seno materno donde ha venido a la vida, así me siento al hablar de mi seminario. Sin duda fueron los mejores años de la vida, sólo superados por los que han venido después siendo ya sacerdote. Porque el Señor se supera, y con Él lo mejor está por venir.
Julián Lozano López
Vicario parroquial de Santa María Magdalena (Ciempozuelos) y delegado de MCS de la diócesis de Getafe